Noche, miro hacia el cielo tachonado de estrellas
Cientos miles, millones de ellas con sus guiños
Contarlas quiero, peo lo cósmico no me deja
Y siento que mi alma, se ata a una estrella fugaz
Ella, mi alma, viaja a través de ellas, en viaje sin retorno
Mientras, cruzo asteroides, inmensas moles de roca
Mi alma, vaga sin cesar, sin destino fijo, sin rumbo
Buscando tal vez, una meta, el descanso y paz
Y así mi alma, atada a la estrella fugaz, viaja en el espacio
Siento que la magia inunda mi alma, infundiendo gran paz
Siento que esto es un cuento imaginario, por poetas
Que quieren desligarse de la tierra, y buscar sus odas
Mi alma busca un mundo en el cual, poder descansar en paz
Más de pronto mi alma se desprende de la estrella
Y mis ojos con nitidez ven, esos mundos lejanos, insondables
Desiertos no poblados pero hermosos, un jardín del Edén
Miro hacia el cielo, mi imaginación de pronto percibió
Que todo esto era producto de mi imaginación, de poeta
Y ahora sigo contando estrellas, y las cuento sin parar
Más es algo imposible ellas son millones y yo simple mortal
Pero cual embelesado, igualmente no las dejo de contar
Y desde una de ellas, con guiños intermitentes, y fugaces
Me dice que deje de soñar, ellas son miles de millares
Pero aún así, me atraen, me inquietan y no las dejo de contar
Raúl Amador Irusta |