-Es ella –pensó sintiendo miedo-, ¿y ahora que haré?
No paraban de tocar a la puerta.
-¡Soy yo! –Decía la mujer que tocaba- ¡Se muy bien que estás ahí! ¡Así que abe la puerta!
-Oh cielos –pensaba el hombre-, será mejor esconderme.
El hombre subió corriendo las escaleras hacia su dormitorio. Los pasos se oyeron afuera de la casa y eso enfureció más a la mujer, quien cansada de tocar a la puerta decidió mejor lanzar una enorme piedra contra la ventana y entrar por ahí.
-Oh Jimmy… -dijo la mujer entrando a la cocina- sal de donde quiera que estés… solo quiero hablar contigo Jimmy.
La mujer buscó y buscó en las gavetas de la alacena hasta encontrar un cuchillo. Mientras tanto, Jimmy habíale puesto seguro a la puerta de su dormitorio y se encontraba sentado en su cama.
-Oh Dios no –pensaba-, no puede ser… esto no está pasándome…
Todo esto comenzó esta mañana, cuando Jimmy se encontró por casualidad con Carmen, una vieja amiga de la infancia. Como no se veían desde hace mucho charlaron por unas cuantas horas y se despidieron con un abrazo, continuando cada uno por su camino. Pues bien, alguien se lo contó a su novia y esta se encendió en cólera, acusándolo de infiel. Jimmy trató de explicarle lo que pasó pero fue inútil, su novia no salía de esa idea. El último mensaje que recibió de elle fue: “Si tu no vas a ser mío, ¡entonces no serás de nadie!
-Mamá tenía razón –Se dijo llevando sus manos a la cabeza-, ¡Miriam está loca!
De pronto, unos pasos se escucharon por el corredor. Jimmy trató de mantener un silencio absoluto. Oía como abrían las puertas cercanas y luego las cerraban. Trataba de tranquilizar su respiración y de vez en cuando tragaba un poco de saliva. Los pasos se oían cada vez más cerca y se detuvieron enfrente del dormitorio de Jimmy.
-Oh Dios mío –Pensó- ¡Ayúdame!
Se paralizó por completo al ver como trataban de abrir la puerta.
-¿Jimmy? –Dijo una voz femenina al otro lado- Por favor abre cariño. Solo quiero hablar contigo mi vida, ¿me dejarás entrar mi cielo?
-¡Ni loco!
Hubo un pequeño silencio.
-Mmm… ya veo… entonces, si no quieres que entre por las buenas, ¡entraré por las malas!
Al solo terminar de decir esas palabras Miriam comenzó a golpear la perilla de la puerta con una almágana.
-Maldición –pensó Jimmy con su corazón latiendo a mil-. Seguramente fue al garaje y encontró la almágana.
Tres almaganazos fueron suficiente para romper la perilla. Miriam abrió la puerta de golpe.
-Hola Jimmy –dijo Miriam lanzando la almágana al piso. Se veía muy agitada-, ¿Por qué no querías abrirme? ¿Acaso esa chica te dijo que no me abrieras?
-Este… verás… -Jimmy miró en todas direcciones. No había donde ocultarse.
-Mmm… ya veo… lo suponía –Miriam tomó el cuchillo que había puesto en el piso y empezó a caminar hacia Jimmy.
-M-Miriam, ¿Q-qué vas a h-hacer?
-No te preocupes Jimmy, ¡a donde iremos esa chica no podrá molestarnos!
Cuando estuvo lo suficientemente cerca trató de apuñalarlo en el rostro pero Jimmy lo esquivó. Lo Intentó una segunda vez pero Jimmy volvió a esquivarlo. Cuando Jimmy vio que Miriam trataría una tercera vez, le sujeto con su mano derecha la muñeca del brazo donde Miriam tenía el cuchillo.
-¡Suéltame! –dijo Miriam tratando de soltarse.
-¡Nunca! ¡Estás loca Miriam!
-¡Loca de amor por ti Jimmy!
Jimmy trató de pararse y hacer que Miriam retrocediera, pero fue inútil. Miriam ganó en fuerza y lo tumbó sobre la cama. Cuando vio a Miriam encima suyo con una sonrisa cínica en el rostro y el cuchillo levantado por su mano derecha listo para apuñalarlo, una fugaz idea cruzó por su mente.
-¡Miriam, espera! ¡Lo admito! ¿De acuerdo? ¡Admito que actué como un idiota! No debí haber hablado con Carmen, lo siento. Ella no es nada para mí. Es solo parte de mi pasado sin importancia. Lo único que me importa ahora es el presente, ¡nuestro presente Miriam! La única mujer que cabe en mi corazón eres y siempre serás tú. Solo tengo ojos para ti Miriam, solo tengo labios para ti Miriam, solo… ¡solo tengo amor para ti Miriam!
Miriam dejó caer el cuchillo que tenía y rompió a llorar.
-Dios mío –dijo Jimmy para si-, ¡No puedo creer que en serio funcionó!
-¡Oh Jimmy! –dijo Miriam poniéndose en pie y halando a Jimmy hacia ella para abrazarlo- ¡Fue tan hermoso! ¡Lo siento! ¡No debí tratar de hacerte daño! ¡Te amo y te prometo que a partir de ahora te voy a escuchar siempre para evitar malos entendidos de nuevo!
Mientras la pareja seguía disfrutando de su cálido y agradable abrazo sonó el celular de Jimmy.
-¡Tiene un nuevo mensaje de voz! –dijo la voz de su contestadora.
-¡Lo sabía! –exclamó Miriam furiosa, empujando a Jimmy hacia la ventana abierta.
-No de nuevo por favor –dijo Jimmy para sí.
¡Eres un mentiroso! ¡Le diste tu número a esa mujerzuela!
-Miriam, cálmate, yo…
-¡Cállate!
Miriam corrió hacia Jimmy con la intención de empujarlo por la ventana. Jimmy lo notó y se apartó a tiempo. Miriam no pudo detenerse y cayó por la ventana. Jimmy se acercó y vio como Miriam se precipitaba al suelo y se rompía el cráneo contra el mismo. Luego tomó su celular y se dispuso a escuchar el mensaje de voz que había producido tal tragedia.
-“Su compañía telefónica le informa que solo por este día tendrá doble saldo por cualquiera de sus recargas”.
FIN |