Mis hijos ante los acontecimientos dejaron sus rencillas de lado,


se unieron como un bloque buscando el mejor camino,


los días pasaban y los cambios no eran beneficiosos,


entre sus diferencias y la desesperación las discusiones estaban a la orden del día,


cuando la decepción me había dejado sin esperanzas,


decidí después de tantos médicos apostar por uno más,


no lo hice por mi sino por no desilusionar a esos tres seres que amo,


yo ya sin fuerzas me había entregado,


si increíblemente estaba vencida.


Ese médico que entró en mi vida revirtió con su humanidad,


los errores de dos años de médicos incompetentes,


yo volví a ser yo misma teniendo el mando de mi propia existencia,


dejando de ser una preocupación para ellos,


mis hijos siguen con sus vigentes diferencias,


pero en sus caras veo que yo he dejado de ser el grave problema sin solución.


Disfruto al mirar sus ojos libres de angustia.


CAL.COR