Los círculos y los cuadrados
Aquel día la libertad y la utopía se encontraron, y hablaron a donde iban.
Eran amigas las dos, pero con diferentes destinos.
La libertad dijo:
-Yo me desplazo en círculos, esto me resulta más productivo que los viajes estructurados poligonalmente. Los de este tipo me merman.
La utopía enriqueció la conversación diciendo:
-Solo me muevo en la realidad con enmarcados como el cuadrado, así funcionan mejor mis hechos, como una máquina sofisticada de relojería. Siembro mis conceptos por medio de libros, y si mis autores pueden ganar algo de dinero. ¡Mejor! Nosotras las utopías tenemos problemas de financiamiento también.
La libertad argumento como devolución:
-Sin mí los creadores de paradigmas no podrían construir mundos metafísicos con letras y palabras. Luego los discípulos de aquellos podrían implementarlas en la realidad
La utopía respondió:
-Es algo anárquica tu posición, no tiene mi disciplina; y a ésta tu argumentación le falta una querida amiga que tengo trabajando conmigo siempre: la ideología.
La libertad alegó finalmente:
-Y si no me tienes a mí, como tienes a la ideología, ni tan siquiera nacerías. ¡Querida utopía!
Una vez terminada la charla, ambas fueron a habitar las mentes arquetípicas de los hombres comprometidos con su tiempo y sus problemas. No se podría decir que son adversarias, bajo ningún sentido, solo amigas distintas.
Y el mundo volvió a girar en vueltas bellas, con “…el amor que al sol mueve y a las estrellas…”del que habla Dante.