Quisiera in admitir que inicuo es el deseo que atañe tus entrañas a las mías y viceversa, pero no puedo, simplemente no puedo. Reconozco entre matices pasionales cual pinceles tus delgados dedos. Trazando líneas de sopor entre mis venas. Tenue luz que parpadea y se acerca bajo sabanas; a extinguirme en tu sonrisa complaciente antes que, en un “te extraño” agonizante.
Texto agregado el 07-02-2019, y leído por 79 visitantes. (5 votos)