Desde el fondo del vino, algo invisible
resucita la sangre irrefrenable,
como el duende de un ritual de esclavos,
su latido fluye en el espectro de la pena.
Se desvanece en un tacto ocioso,
como si quisiera besarse con la vida.
Distorsiona imágenes de cosas cotidianas
y el misterio fugaz de la hermosura.
Inevitable, adormece y complica las palabras
en un letargo con susurro de nostalgias.
Se invoca con un riesgo sinuoso
despertando el peligro de olvidables experiencias.
Texto agregado el 02-02-2019, y leído por 73
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Lectores Opinan
03-02-2019
Siempre que te leo, veo poesía, y de la buena. Cariños. Magda gmmagdalena