Muchas veces me he preguntado
donde comienzas tú
y donde termino de ser yo.
Fui estallido fuerte de caricias silvestres
en la verdad sencilla
de tus carnes desnudas y saladas.
Tu piel fue el cuenco que cobijó mis rocíos,
en ti he gritado mis silencios
y en ecos partidos reviviste mis instintos.
En tu llama tibia mi vida palpita
y en mi pecho cobijas el dolor en tus pupilas.
Enjaulados en el camino errante
nos reconquistamos de mil colores y formas,
apretándonos mudos a lo ya hecho.
Texto agregado el 31-01-2019, y leído por 104
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Lo que más me gustó: "Tu piel fue el cuenco que cobijó mis rocíos,
en ti he gritado mis silencios
y en ecos partidos reviviste mis instintos" Hermoso. Cariños. Magda gmmagdalena
31-01-2019
Complemento en su más necesaria forma; muy bien. Saludos desde Iquique Chile. vejete_rockero-48