PINCELADAS DE TINTA
Reflexionando
Uno + uno + uno = Miles y millones
Para ayudar a la mejor vivencia y convivencia de la humanidad lo importante no es la grandiosidad de los hechos, tampoco la grandilocuencia de la palabra, ni el grito más estridente en una tribuna o el rayado más colorido que ensucia las paredes que están limpias.
No. Nada de esto es importante porque siempre va quedando solo en el intento, muchas veces interesado, y se diluye poco a poco en el olvido, la lluvia y la desidia.
Lo importante es lo pequeño, lo minúsculo, lo que no se ve, lo que se piensa que es poco y lo que se deja de hacer diciendo o preguntando: ¿Qué se saca con hacer si yo hago y otro no? La suma de estas pequeñeces hará un todo inmenso e importante.
Tan solo puede ser un kilo de pan, un litro de leche, una camisa, un libro, un juguete, una mirada tierna, una palabra sincera, una mano compañera, un gesto de amistad y también una acción en pro del bien común.
Nunca nada inservible que sobre. Sí, todo lo que nazca de dentro y ojalá no sea por una sola vez.
Pensemos:
De gotas de agua se forman ríos y la conjunción de muchos ríos hace mar.
De partículas de arena se forman las rocas
Con seiscientos gramos de harina, una pizca de levadura y una taza de agua amasamos un kilo de pan.
Hoy de letras dispersas se forman palabras y estas al reunirse con signos generan idiomas digitales, con los cuales nos podemos comunicar y entender.
Entonces, para cooperar, ayudar y hacer el bien, usemos bien y si es preciso abusemos correctamente, de los modernos medios de comunicación.
Con pequeñeces rearmemos las estructuras carcomidas por la herrumbre del tiempo, la inopia, la maldad y la ambición desmedida del hombre. Con pequeñeces tratemos de hacer un mundo nuevo, justo y grande.
Dirán que soy como el cura Gatica, que predica y no practica, pero estoy tranquilo; sé que es poco, pero hago lo que mis medios, mi pensión y mi fuerza permiten, y además otras cosillas pequeñas tal como no arrojar papeles en la calle, no contaminar el aire, no tirar basura en el cauce de los ríos, cultivar amistad sana y desinteresada, también cultivar el huerto y en la justa medida darle agua a las rosas del jardín.
Hay muchas cosas, postulados, teorías y organizaciones en las que no creo, pero en el hombre especie independientemente de género, raza, color, creencia, posición y situación, aún tengo esperanzas.
Incluido en el libro: Pinceladas, inquietudes, divagaciones y otros.
©Derechos Reservados.
|