Las topas, los bejucos, la barbacoa y los bogas unidos industriosamente no nos dicen todos los secretos de una balsa, pues el río es el corazón el alma y la vida de una balsa y está allí, el río es el fluido y en su móvil espalda la balsa reposa, el río es un incansable viajero y cuando ella la barca se entregó y el la acepto, la lleva siempre consigo sin quebrar el torrente su contrato noble y generoso; los remansos placenteros son de los dos, como también lo son los rápidos, los pongos, las cascadas, por donde el río se esfuerza y lucha y al final logra pasar y también a ella la lleva, cuando el río luchaba en el pongo la balsa se estrechó y apego aún más a su espalda, decidida ahora como nunca a no abandonarlo, para eso es plana, prefiere la esbeltez grácil de la piragua, la chata plenitud de su superficie la une más, la conforma más a los lomos del río, antecesor ilustre del barco de vapor que navego las aguas de nuestra amazonia.

En Lima en 1890 causo gran resonancia la noticia de haberse encontrado un paso, para trasladarse desde la hoya del Ucayali a la de Madre de Dios, por el cauchero audaz y emprendedor Carlos Fermín Fizcarrald López, establecido en la boca del tambo, cuando creyó dirigirse a la cabecera del Purús se encontró con el Madre de Dios; Fizcarrald había adquirido en Iquitos el vaporcito “Contamana”, en el que surco el alto Ucayali y el Urubamba, pero no volvió por el Camisea sino por la senda que le indicaron los lugareños el Mishaua y el Serjali su afluente, remonto por ahí pasando muchos rápidos, desarmo su vaporcito y fue llevado con tanganas y cargándola en peso con los 600 hombres que lo acompañaban hasta llegar a la lengua de tierra que separa el Serjali del Caspajali, que se llamó después varadero o istmo Fizcarrald, desde allí arrastro el Contamana hasta Caspajali, Manu y Madre de Dios, sostuvo combate con los Mashcos del Manu primero y luego con los feroces Guarayos, dominándolos llego con su vaporcito a la confluencia del Senu con el Madre de Dios “el hombre que se embarca en un sueño debe continuarlo hasta el fin, los sueños jamás retroceden” consiguió asociarse con el doctor Vaca Diez una persona acaudalada, la nueva firma dio amplia organización a los negocios, tuvo auxiliares en los campos del alto Ucayali y el rio Urubamba, en los Piros del Mishaua y Camisea, consiguieron traer más de 300 jóvenes de Moyobamba y del norte del Perú, para que se establecieran a distancias de 20 y 30 millas en el Urubamba, Mishaua, Serjali, Manu y Madre de Dios, en haciendas que eran puntos de apoyo o sucursales, los dos socios fueron a Inglaterra donde hicieron construir un vaporcito “el Adolfito” que años después parece que chocó contra una gran piedra que agujereo el casco, al tratar de salvar a su amigo y socio Vaca Diez Fizcarrald López muere, quizá lo último que pensó fue “quise mirar cara a cara este sucio mundo al morir, ahí está lo que yo he hecho, no es gran cosa pero es algo, algo de bueno para mi patria vale mucho, ya que de bueno hay tan poco”.

El 22 de abril de 1901 el presidente de la republica Eduardo López de Romaña, constituyo la junta de vías fluviales con los señores Eleodoro Romero, José Pardo, José Balta, Federico Rincón, Ernesto La Combe, Solon Polo, Telémaco Orihuela, Eulogio Delgado, Alberto Ayulo, juan Antonio Loredo, Pedro Rodríguez Salazar, Carlos Larrabure y Correa; la junta tenia las atribuciones de proponer al ministerio de relaciones exteriores el envió de expediciones a la región oriental, los medios de protección a las empresas industriales radicadas y las disposiciones de administración que conviniera adoptar en ese territorio, organizar y despachar las expediciones aprobadas por el ministerio, cuidar de la ejecución de las medidas que a solicitud de la junta resuelva el gobierno y constituir con este objeto comisiones especiales en determinados lugares, recibir e invertir los fondos votados con ese objeto; la junta debía elegir y eligió presidente al doctor Romero, tesorero al doctor Pardo y secretario al doctor Polo, en las primeras expediciones debía explorar los ríos Ucayali, Urubamba, Mishaua, Serjali, Caspajali, Manu y Madre de Dios, Tambopata y el istmo Fizcarrald, jefe de esta expedición fue nombrado el coronel La Combe, que adopto la vía Pichis Pachitea para ir a Iquitos, de donde salió luego a surcar el Ucayali.

La primera embarcación peruana que navego el Madre de Dios fue el Contamana, después acudieron muchas otras embarcaciones a vapor, las lanchas Shipiba y Madre de Dios en 1908, Britania e Inambari en 1909, la Tahuamanu, la Inca, la Carmen y los botes automóviles Margarita y Martha, de las cuales dio informes minuciosos el señor Emilio Delboy en su opúsculo “colaboraciones de oriente” el coronel Portillo señala además las lanchas Carolina, Alemania y Manu, la Shipiba cambio varias veces de nombre Maldonado, la Fiscal; entre las naves mencionadas el vapor Inca, de la compañía industrial Inca Rubber era la de mayor capacidad, fue construido en Inglaterra en 1903, con 50 toneladas de registro, casco de acero galvanizado, eslora 200 pies, manga 24, puntal 3, con los motores horizontales de alta y baja presión, que movía una rueda empotrada en la popa, cargaba 55,000 kilos y llegaba hasta el Beni, esta nave fue traída en piezas hasta un astillero que había en Tambopata y fue hasta Madre de Dios por su propia máquina.

La Madre de Dios de la sociedad Souza Vargas, fue construida en 1905 por H Holtz en Hamburgo, de 17 toneladas de registro, 54 pies de eslora, 12 de manga y 6 de puntal, con dos máquinas de alta y baja presión y dos hélices, esta fue la primera embarcación a vapor que surco el Tacuatimanu o también llamado Piedras hasta la boca del Curiyacu.

La selva está allí esperando como una buena mujer que pueda dar sus frutos, el día que el hombre sublimizado por el amor penetrase en la espesura, dando la mano a su semejante hermano la selva lo recibirá, el hombre tiene que crecer hasta adquirir la estatura de la selva antes de que la selva le abra su matriz.
CONTINUARA