En el 484 aniversario de nuestra ciudad de los Reyes Lima, la celebración de este acontecimiento que siempre nos coge de sorpresa en nuestra imprevisión, debe ser un propósito de enmienda una intención de bien hacer, con sincero deseo de llevar a cabo proyectos dentro de planos perfectamente estudiados, en son de ordenada orientación para el futuro y este aniversario de la fundación de Lima es fecha especial para iniciarla, despertando nuevos estímulos.
Lima se funda el 18 de enero de 1535, llena de vicisitudes y tradiciones, de dolores y de gloria, su vida colonial con el esfuerzo de sus primeros pobladores es lucha con los elementos naturales y humanos, llega su esplendor virreinal y luego la independencia, las revoluciones y las inquietudes políticas son el cuadro de un crecimiento urbano, muy lejos de ser el apropiado para la sede del que fue un virreinato, o la capital de una república pletórica de energías, pero dejemos la historia con sus hechos consumados.
Lima la capital del Perú debe tener un nuevo impulso orientador, desde hoy en marcha hacia otro siglo, el pasado es punto de partida y obligatoria condición que hay que tener en cuenta para tentar las modificaciones que deseamos ¿se puede preparar el futuro sin forzar las condiciones del presente? ¿Sobre qué campo se extiende esta orientación de estímulo para la ciudad? Preguntas que merecen respuestas pues las necesidades urbanas de la ciudad reclaman una profunda acción y su desarrollo no puede basarse en datos puramente sentimentales, menos aún en necesidades comerciales creadas, se debe empezar por lo más importante la vida y la higiene.
La vida y la higiene que la ciudad debe tener, es la que arrastrara luego a la belleza, al orden, a la comodidad, porque ellos son fuente de energías, de vitalidad, de moral, de riqueza y cultura, que vendrán con fuerza avasalladora a reclamar e imponer, iniciándose así el ciclo no por lo externo sino por lo interno, no puede haber salud sin higiene, moral sin salud, bienestar sin moral, ni belleza sin bienestar y sin trabajo riqueza, por todos los medios ha de conseguirse llegar hasta la masa social, con la enseñanza, la comprensión, el respeto y el amor a la cosa de la ciudad, la cultura ciudadana es la que hace a las ciudades no solamente hermosas sino también agradables, es el más sólido sostén de la acción municipal en el orden público, el argumento de que no se puede hacer nada sin dinero en una ciudad pobre, será el motivo de nuestra inacción, formándose así el circulo vicioso en el que se debaten los sofistas urbanos, es un circulo al que se entra por todos lados.
No es difícil alcanzar esta solución con los beneficios que para Lima significaría, a los hombres de bien de esta sociedad está reservada la tarea con el justo reconocimiento de las generaciones venideras, pero esos hombres y mujeres de buena voluntad no alcanzaran hacer realidad este deseo que es necesidad, si nosotros todos no cooperamos con ellos en ese sentido.
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