"El Páta" era un reconocido indigente alcohólico del sector sur de la ciudad de Iquique; solía trabajar ocasionalmente "Jalando turistas", con los cuales llenaba aquellos taxis que comenzaban su recorrido desde el estacionamiento del centro comercial de la ciudad. Por este informal servicio, los conductores de los móviles pagaban con una propina consistente en algunas monedas, que "El Páta" usaba para la compra de licor.
Era uno más de aquellos típicos personajes que adornan toda gran ciudad, y que poco a poco se van transformado en parte íntegra del paisaje urbano.
Al igual que las personas que acostumbrábamos a frecuentar aquel lugar, solía verlo caminar por la vía pública en evidente estado de embriaguez; y la policía familiarizada con su presencia lo encarcelaba al menos dos o tres veces por semana.


_ ¿Cómo estás "Chichila"?_ Saludo con una sonrisa.
_ Mila quien llegó a saludal. ¿Cómo tá usted cumpita? Hace tiempo que no lo veía pol acá_ Responde simpáticamente el "Chichila", uno de los tantos ladrones de carteras que constantemente visitan el centro comercial en busca de victimas.
El apodo del "Chichila" responde a su particular forma de hablar; cuentan en la calle que fue en una pelea por el amor una mujer, donde perdió varias piezas dentales. Eso hace que tenga serios problemas a la hora de pronunciar bien la letra "R".
_ Hace años que dejé de trabajar en la zona y vine de visita _ Digo mirando el paradero de taxis_ No veo a "El Páta" ¿Aún está trabajando?
_ No mi cumpita; no sabí naá_ Hay verdadera preocupación en el rostro del "Chichila"_ "El Páta" a finales del mes estuvo trabajando nolmal, y voh sabí que caía filme en la botella; la cosa es que se fue más eblio que lo nolmal y se acostó a dolmil debajo de un camión en el estacionamiento de allá atlás. En la mañana cuando sacalon el camión, no se dielon cuenta que taba "El Páta" dulmiendo abajo...
_ ¿No me digas que se murió?_ Pregunté interrumpiendo la conversación.
_ No, naá, la pelá no lo quiele_ El "Chichila ríe de buena gana_ Se salvó apenitas. Pelo quedó todo queblado. Ahola tlabaja en Alto Hospicio. Anda en silla de luedas, pelo vivo.
_ Cuando lo veas salúdalo de mi parte_ Me despido sonriendo.
_ De tu palte Pelaito. Cuidese cumpita_ El "Chichila" regresa a "trabajar" dentro de los almacenes, lo veo perderse entre la multitud de turistas que a esa hora visitan el lugar.


Hace muchos años que dejé de trabajar en el centro comercial; había olvidado lo grande que es, y me sorprende que con el paso de los años se hayan ido incorporando nuevos edificios a la construcción original luciendo mucho más imponente y majestuoso.
Nuevas generaciones de consumistas visitan sus interminables pasillos y pequeños módulo de ventas; todo es diferente e igual a la vez, pero siempre habrá malas costumbres que jamás cambiaran.