Era una sensación, no un verso.

Desperté sin entenderlo y hoy proceso lo que en un día no pude comprender.
La frase se hizo más presente después de cerrar la puerta al paso e imaginar la emoción, y por qué no, el tacto.

Es extraño extrañar.
Es extraño saber que nos encontramos de alguna forma cada día que pasa y echarte de menos igual.
Es extraño también no tener temas para conversar ni disfrutar en una noche de verano cuando la distancia se comienza a convertir en un pantano y empiezas a quedar atrapado.

La sensación es así, tal cual, incolora, profunda, oscura y misteriosa. Una fuerza que te lleva con las olas y el sabor a sal. Ese como cuando choca el agua en tu cabeza y te arrastra con arena y todo lo demás, golpeándote con un colchón de piedras rústicas y burbujeantes acumuladas entre tu rostro y el lecho del mar. Sabores de confundidos. De distraídos. De asfixiantes pliegos y rebanadas mojadas.

Lo imagino como una estructura ciega dentro de una metáfora onírica. Después de todo desperté pensando en ella.

Lo pensé como un conjunto de peces fosilizados atestados de anzuelos siniestros mirando hacia arriba donde el sol entra por el techo calado y fragmentado. Ese techo donde algunas partículas flotan dibujando el reflejo del cielo.

Lo vi como una flecha dibujada en el cordón umbilical de océano bajo la presión de una única mano que empujaba todo hacia abajo, al mismísimo fondo, donde termina ahogándolo todo.

Extrañar es nadar sin cansancio hacia el horizonte poniente y delgado esperando encontrar algo innato.
Dar en sacrificio los sentimientos más preciados y guardados.
Encomendarse a navegar las aguas esperando a que los dioses se unan a nuestro bando.

Como clavarse al pecho la estaca de los sueños coronados por los testigos más dotados. Esos que miran por las ventanas para escapar de la rutina diaria para sentirse más sensatos.

Una virtud mental de hilos enredados.
Una corazonada vertiginosa cuantificada en metros y pasos.

Es como un cuerpo hundiéndose al infinito de un cardumen de arrecifes varados.