Un soldado argentino que regresaba de las Islas Malvinas al término de la guerra llamó a su madre por teléfono desde el Regimiento I de Palermo en Buenos Aires y le pidió autorización para llevar a casa a un compañero mutilado cuya familia vivía en otro lugar. Se trataba —según dijo— de un recluta de 19 años que había perdido una pierna y un brazo en la guerra, y que además estaba ciego.
La madre, aunque feliz del retorno de su hijo con vida, contestó horrorizada que no sería capaz de soportar la visión del mutilado, y se negó a aceptarlo en su casa.
Entonces el hijo cortó la comunicación y se pegó un tiro.
Texto agregado el 08-01-2019, y leído por 833
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Lectores Opinan
12-01-2019
Pienso el soldado mutilado pudiera ser el hijo ***** grilo
09-01-2019
Increíble. Qué brevedad tan dolorosa. Un abrazo, sheisan
Un hijo que está sufriendo lo indecible y una madre que lo desconoce. Muy fuerte y de un realismo tremendo. Las atrocidades de la guerra. Cariños, Carlos. carlitoscap
09-01-2019
Duro y terrible texto. Sin concesiones y muy bien escrito. Saludos. maparo55
08-01-2019
Asi de despiadada y cruel es la guerra, en ambos bandos hay seres con todos sus sentidos que en el fondo son insensibles. vicenterreramarquez