He de creer en lo que creo,
he de decir que lo que digo;
es mi bien decir porque creo en mi,
pero he de objetar de mi consciencia
porque se mimetiza con facilidad.
He de creer solo en mi,
he de rechazar otras voces,
prudentes consejos,
acertados aforismos amigos,
pero he de objetar de mi propio credo
porque no me deja ver toda la verdad.
He de creer en mi intuición,
esa fe sin obras, precoz
que se adelanta siempre,
me avisa, me alerta del peligro,
pero he de objetar de este mi oráculo
porque ha aprendido a mentir.
He de creer en ti,
razón que alimenta mi fe,
voz de humilde dictado
que me serena y me seduce,
pero he de objetar de tu palabra
porque dice sólo lo que yo quiero oir.
He de creer que no hay credo,
mandamientos en piedra,
reglas arregladas para mi sosiego
que otros modelaron para mi,
pero he de objetar de mi nihilismo
porque sí es esto en lo que creo
es porque no creer en nada
ya es creer en algo. |