A José le empezó a ir mejor en la vida. Lo ascendieron en el trabajo, se iba a casar, luna de miel en Bahamas e incluso le alcanzó para comprarse un auto. Ni siquiera le importó cuando perdió su tarjeta BIP en la calle, ya no la iba a usar más

Andrés estaba pasando uno de sus peores días. No encontraba trabajo, su mujer lo abandono por el vecino y sus hijos querían más al nuevo amante de su madre que a él. Iba rumbo al río, con oscuros pensamientos, cuando encontró aquella tarjeta BIP tirada en el suelo. Cargada con 5 lucas más encima.

De eso sólo han pasado 6 meses. A José lo echaron del trabajo por chocar su auto mientras manejaba ebrio, dando muerte a su futura novia. Andrés evitó que le robaran la cartera a una secretaria en el metro, quien en agradecimiento lo invitó a salir, le consiguió un puesto en su empresa y le dio la idea de comprar un Nintendo (ahora sus hijos lo quieren más a él nuevamente)

Si caminas durante el día cerca de plaza Italia, puedes ver a un hombre buscando una tarjeta BIP por el suelo, la que perdió o alguna otra, cualquier otra. Nunca sabes lo que estás comprando con 1.500 pesos