Giró pensativo la copa de sidra en su mano contemplando los destellos dorados que emitía el licor...
Paseó su mirada alrededor; estaba acompañado de gente a la cual quería, sólo hacía falta una persona para completar la escena.
Desde aquella estúpida disputa con su hija de hacìa ya tantos meses, parecía que las cosas seguían otro rumbo y no había posibilidades de reconciliación.
Sonó su celular... lentamente lo retiró de su bolsillo...
Un mensaje: “¡Feliz Año Nuevo ! Quisiera estar ahí contigo, te extraño”.
Una sonrisa curvó sus labios y ahí estaba, en esas escasas palabras, lo que para él significaba el Año Nuevo: Esperanza...
Texto agregado el 01-01-2019, y leído por 65
visitantes. (3 votos)