Yo soy de tierra alta, de donde las nubes se besan con las montañas. Yo soy de donde el frío es mi abrigo y la noche mi cama. Yo soy de donde el pino es huésped y la resina mi alimento. Yo soy de la llanura cultivable, de donde el sudor se convierte en ríos de esperanza. Yo soy de donde el sol nunca muere aunque la niebla haga de él su manto. Yo soy de donde el agua es lágrima de ríos. Yo soy de donde el viento sopla con su aliento de fuego de norte a sur. Yo soy de donde lo ancestral se casa con el futuro y nace el hombre. Yo soy de donde el arcoiris le hace una falda de colores a la montaña. Yo soy de donde el rocío se convierte en la Epifanía de la mañana sin nombres. Yo soy del campo de donde se siembran los hombres y nacen las aves que vuelan hacia la luz. Yo soy de donde la noche es cazadora furtiva de sueños de oráculos. Yo soy de donde la belleza crepuscular se refleja en los rostros ingenuos. Yo soy de donde canta el jilguero su melodía mañanera. Yo soy de a aquel lugar innombrable donde las almas aún conservan su iniciación primera. Yo soy de donde las ciguas tejen con su pico la esperanza esparcida. Yo soy aquel que habita en el umbral del espacio sideral de mi propio sueño. Yo soy.
Texto agregado el 27-12-2018, y leído por 59 visitantes. (1 voto)