Mi vida sin tu amor parte 3
Ya con 17 años en 1949, Jairo invitaba a Gilberto de 15 a montar a caballo a la colina, ellos pasaban muchas horas juntos, los días se hacían cortos.
Todos los días que se veían y algo entre ellos pasaba. La abuela de Jairo había muerto a pesar de los cuidados de su nieto, que tenía habilidades que nadie más tenia, sin haber ido a la universidad a estudiar medicina sabia muchas cosas del tema.
Jairo estudio la preparatoria es una escuela pública y Gilberto en una privada, a pesar de la falta de dinero de Jairo nunca dejó de estudiar, al parecer sería un buen médico.
En ese mismo año se dieron las cosas entre ellos dos, una vez que los dos construyeron una casita juntos en la punta de la colina, los dos llevaron el material de construcción sin decirle a nadie. Quedó una cabaña muy pequeña,
Era invierno, y Jairo había metido una ficha de admisión a la universidad para estudiar medicina. Los dos se fueron a pasar el fin de semana a la cabaña y las cosas se prestaron.
-¿en que piensas? – le pregunta el aventurero Gilberto
-en que no sé si pase el examen para medicina
-yo creo que sí, eres muy inteligente. Siempre has demostrado tener conocimientos en medicina sin haber ido a la universidad.
-¿tú crees eso?
-no lo creo, es así. – le respondió Gilberto intentado prender la fogata –
-deja te ayudo – le ayudaba a prender el fuego - simplemente desde niño mi abuela me enseñó a curar a las personas. A veces siento que me heredó poderes, nunca he abierto un libro de medicina y sé cosas de anatomía.
-eso es bueno. Me siento orgulloso de ti - le respondió Gilberto tomándolo del brazo
-¿qué haces? – le pregunta Jairo ante la muestra de cariño
-¿lo sientes? Está aquí en mi pecho, todos los días que te veo siento que el corazón se me sale
-somos muy jóvenes – intenta explicarle a precoz joven - ¡está prohibido! en otros países los matan por amarse entre hombres
-solo dime que no sientes lo mismo que yo y me voy
-lo siento a diario – le expresó a Gilberto
Jairo tomó de la cintura al joven Gilberto quien tan solo tenía 15 años, sus labios se juntaron por primera vez, estaban fríos, las piernas de Gilberto temblaban de frio, se besaron tiernamente hasta terminar en el suelo.
Aquella noche solo durmieron, el frio era intenso eran apenas unos niños.
Entre ellos estaba naciendo una relación que iba a marcar sus vidas para siempre.
Continuara…