Hoy desperté pensando en él,
en sus ojos, sus manías,
en su desobediencia, sus ganas,
en su persistencia, sus improvisaciones en la cama.
Soñé que lo volvía a ver,
en su risa, sus tristezas me vi caer,
en sus fantasmas que devoraban
un pedazo de su alma en la madrugada,
solitario hombrecito de papel maché
en el que guardo mi parte y mi juez.
Tan semejantes y tan opuestos,
enfermos de vicios e infancias clandestinas,
nos dimos un pedazo de algo parecido al amor,
silencios que disfrazaban mentiras,
tu sexo en mi sexo abierto,
mi piel recibiendo tu aliento.
Precipitación de nuevos desencuentros,
te pediría que me salves
pero es un deber que conlleva mi intelecto,
te extraño, ahora que me desprecias,
te diría que lo siento
pero me viene pisando los talones el tiempo,
y ¡desearía quedarme contigo!
le exclamaría a la inestabilidad del encuentro.
|