Han pasado 6 meses desde que viví la experiencia más enriquecedora en mis 24 años de vida: vivir en el extranjero... El tiempo pasa, y cada día, me doy cuenta que añoro con volver, quiero estar en ese lugar.
La verdad nunca pensé que lo extrañaría: era un país grande, pero en un pequeño pueblo descubrí que no puedes juzgar a un libro por su portada; me descubrí a mí mismo, hice locuras de juventud, me liberé de prejuicios, lloré, reí como nadie, tuve que usar un idioma distinto para comunicarme y vivir situaciones peculiares.. ¿se imaginan lo que es fumar marihuana y tener que hablar en otro idioma? En síntesis, puedo decir que FUI FELIZ... Porque llegué a ese pequeño pueblo en una situación vulnerable de mi vida, porque me di cuenta lo que valgo, porque aprendí a quererme, y no hacerme daño en mis juicios.
No hay día que no quiera volver, pero debo ser frío, hay situaciones pendientes en mi tierra que me impiden emigrar, sin embargo, yo sé que nos reencontraremos pequeño pueblo... pronto volveré a casa de mi familia local a cenar, volveré al pequeño downtown a pedir mi helado favorito, volveré a caminar por el parque mientras la nieve me quema la piel, volveré... volveré a reecontrarme conmigo mismo...porque hay una lección aprendida hasta ahora, que uno nunca termina de reencontrarse consigo mismo, y si para ello debo viajar 10 horas a la ciudad principal realizando una escala, y luego 2 horas en auto para reencontrarme con el bosque, la naturaleza, y esos habitantes acogedores con su acento sureño, trust me, lo voy a hacer... |