Pienso que la vida es de momentos, y todos sumados no llegan a mucho, pero confieso que una de esas islas de vida la disfrute el fin de semana pasado; abstraído de mi rutina me encontré en un ambiente nuevo, solos mi compañera y yo y ningún punto de referencia del cual pudiera recordarme y así comenzamos viéndonos a altas horas de la noche después de muchos planes por fin concretamos el encuentro, de allí en adelante todo fue un continuo de amor, convivencia, conocimiento mutuo y deseo, !el tiempo!...nuestro peor enemigo y el que será después una espada de damocles, y así nos abstrajimos del resto del mundo y sus variables, solos ella y yo y el mundo dando vueltas a nuestro alrededor...
Y juntos, ella por convicción y yo por intuición descubrimos que el ahora era nuestro aliado, que el dejarse ir nuestro fluir y amarnos un medio para fundirnos en uno solo; y así llenos de ahora, de dejarse fluir y de amor transcurrieron nuestras 48 horas, los momentos, los espacios, los fluidos entrelazados de ella y míos, las miradas, los eufemismos, la vocesita tierna, en fin el lenguaje de los amantes.
Y llego la despedida cada quien por su lado a su vida normal, como diría Serrat "vamos bajando la cuesta que arriba en mi calle se acabo la fiesta" eso si nos despedimos con una noble sensación tatuada en los labios, en la piel y en el alma...hasta el próximo encuentro.
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