Padre, fui yo verdad?
perdóname, la noche era demasiado y caia sobre mi en extensiones de agua !
que niña mas fea dijo esa señora de de piel flaccida y con el alma apretada de tiempo dentro de esa horrible joroba de camello,
me lo dijo mi hermana, me-lo-contó, estuvo allí y lo vio todo desde el principio, vio como era yo un trozo de carne roja, “como de metal candente” me dijo, “saliste como achicharandote y oxidandote al contacto del aire”.
Estoy avergonzada y no se que extraña luz me revela demasiado desnuda para poder mirarte a la cara, reconozco innecesaria toda intencion de explicarte pues considero que antes debo encontrar mi falta y mostrartela en mí...visible... como una llaga; pero no se decir palabra padre, no aprendo a hablar sin dejar de respirar.
Quiza si respirara un poco mas pausado y absorviera el aire en pequeños sorbos, si solo pudiese encontrar un signo , una señal indiscutible del terrible pecado (cuya particular forma de ser me mantiene en la completa y cruel ignorancia).
Debe ser una falta muy grande padre, no me atrevo a descubrirla.
¿como escarbar más dentro de mí?, he roido mi alma, la he excavado mil veces, he hecho en ella socavones: los agujeros lunares mas grandes y no he encontrado nada nada nada.