Cansino de la paz, de tu armonía.
Ya mi inconsciente
percibe una cicatriz de amor primero,
de prolongada tranquilidad amatoria.
Con el acíbar de la rutina,
las inexpertas arrugas
de la pasión que se yerguen
sin compasión sobre
la antropológica mampara de nuestras vidas.
Mientras la bandada prosapia
de recuerdos se difumina.
Pasajes de una vidurria inextricable
se transforman en un intrínseco
enlace que nos mantiene,
nos mantendrá unidos a
pesar de los intersticios soledaños,
a pesar de su omnisciente
aquiescencia que es tan
sabia como tú,
como esa manera inminente
de mantenerlo todo a flote.
Texto agregado el 02-12-2018, y leído por 71
visitantes. (7 votos)
Lectores Opinan
03-12-2018
Tarea nada fácil expresas en tu bello poema... un abrazo dulce. gsap