Admiro esto, ¡Vaya que sí!
Admiro el talento que se lee en este planeta azul, gente que sabe lo que hace y le pone ganas para exponer su mejor cara.
Admiro la franqueza de todos, la honestidad plena al exponer su propio mundo, su interior.
Admiro la rapidez con la que la mayoría entiende lo que otros escriben, así como esa enorme capacidad de visionar cada escrito desde diferentes ángulos interpretativos.
Admiro y mucho, a las damas desenfadadas que vierten su ingenio, a los caballeros seductores, a los amantes escondidos que se abren al infinito tras sus escritos, dejando puertas y ventanas abiertas en claves, metáforas, símiles, hipérboles y más.
Siempre me he preguntado por qué no me he ido definitivamente de la página azul de los cuentos y hoy, luego de leer con detenimiento no menos de 20 artistas aquí navegantes, creo que no me ido y no me iré porque acá encuentro mucha verdad y sinceridad.
Acá consigo caminos a muchos destinos y a su vez, encuentro destinos transitados por otros, con los cuales me puedo identificar.
Admiro la tenacidad y paciencia de miles de seres con ideas y propósitos comunes y por sobre todo, admiro y valoro que no soy el único loco que cree en la palabra como herramienta de desahogo y autorrealización personal.
Atayo
|