I
Con M estuvimos diez años viajando
de Rosario a Marcos Paz
todos los fines de semana
Ida cada viernes vuelta cada lunes
Cuando me quitaste tu cuerpo, una tarde, saqué la cuenta
360 mil kilómetros,
lo suficiente como para ir a la Luna

Fuimos a la luna en colectivos lecheros y trenes blancos

Creo que en ese momento le escribí un poema
enumeraba viajes y saldaba cuentas
nunca lo terminé,
no hable sobre el secreto que compartimos todos los astronautas:

En la luna no hay aire y todo
huele a pólvora