Fábula alegórica ( A un amigo poeta)
Érase una vez una comunidad muy sensible y comunicativa de búhos .Estos animales son muy sabios porque todo lo observan con sus redondos ojazos.
Todos los días se despertaban con los melodiosos trinos de un ruiseñor. Un día el ave dejó de visitarlos. Al parecer, se había quebrado una patita y el percance silenció su voz.
La comunidad de búhos, alertada por la ausencia, empezó a preocuparse. De otra parte, el bosque, desolado sin el canto del roncal , no parecía el mismo. La tristeza se enseñoreó del lugar, añorante de la música.
Se reunieron los buhitos buscando solución. Determinaron elevar su voz melódicamente, tal como les enseñó el pájaro cantor. Sabían que no eran más que discretos émulos del ave canora en esas artes; pero lo cierto es que sus evoluciones musicales llegaron al ruiseñor, que movido por los sonidos, se levantó del lecho donde estaba postrado y se dirigió ,un poco renqueante de la patita derecha, hacia el bosque,donde todos sus amigos le esperaban con alborozo, recitando:
"El ruiseñor,
pajarillo cantor
del bosque azul".( Grilo)
Fue aquella una tarde de celebración del regreso del buen amigo, que les agradeció su gesto con una de las más bellas melodías jamás oídas, en forma de entrevista. Pero nunca más volvieron a escuchar su voz.
Los búhos buscaron consuelo a su gran pesar escuchando las antiguas melodías del pájaro cantor.
Con todo, el bosque no volvería a ser el mismo.
Nota: escribí una versión anterior cuando , pese a los negros augurios, confiaba en que Andrés volviera a este su segundo hogar. Desgraciadamente, nuestro amigo nos ha dejado.
|