Éramos unos chics escuálidos y zambos. Recién cursábamos el colegio, pero ya teníamos plata en el bolsillo… A ti se te cayó todo el pelo, a mí se me va cayendo de a poco. Hiciste cuatro hermosos hijos, de los cuales Yo también me siento padre, o al menos me vas a permitir ser su tío, pues el amor que les tengo, no puede ser para un grado de parentesco más lejano.

Aún teníamos 16 años cuando le hicimos saltar al loco Alvarado de un trompetazo que metimos al unísono en el curso, cuando después de los ensayos de la banda de guerra andábamos ranclados. Caminábamos por los pasillos de ese templo llamado BENIGNO MALO, y me hiciste cogerle el culo al hombre equivocado… Nunca pudiste controlar tu risa, y peor en ese caso. Así como cuando en el banco de Guayaquil le dijiste a la pelada, que tienes un hijo de la edad de su hija, y que quisieras hacerles cruzar… Cómo olvidar tanta y tanta cosa que juntos hicimos. Cómo olvidar que con cada día de locura y arrebatos, de poco a poco dejábamos de ser un parte garabatos, para convertirnos en hombres con responsabilidades y problemas…

De la venta ambulante de joyas, ropa, lámparas, cuadros, relojes, pelotas, ceniceros, pasaste a ser el orgullo de tu esposa, hijos, padres, amigos y vecinos.

¡Cocolito!

¡Cómo es que pasó el tiempo así de rápido!! Qué tan atrás quedó el pupitre con los caballitos y soldados. ¡Se nos olvidó enmarcar al pantalón palo! Símbolo de la vida de dos muchachos… Pero nunca, se nos olvidó ni se nos pasó, el amor de amigos, confidentes, y locos…

Cuanto debo agradecer a la vida, que con el tiempo me ha regalado como amigo, a un hombre con sentimientos nobles y principios arraigados, que cuida a su familia como un pajarillo enamorado.

Gracias a la chica de la ventanilla que se me desapreció como magia aquel día en el banco, te reíste, viviste y lloraste… Gracias a cada locura contigo vivida, siento que tuvo un porqué la vida.

La amistad no es una cosa simple de decir, ¡es mi amigo! o soy tu amigo. La amistad es cultivar el tiempo compartido,regarlo con sinceridad y amor, pintarlo con la magia de vivir, y mirarlo con nostalgia, recordando cada momento, valorándolo y reviviéndolo…


Acá, sentado en una oficina está tu amigo, ¡SI!!... este amigo de locuras y arrebatos, de simples cosas, risas, y recuerdos.

Sentado, revive lo que fuimos, y va viendo en el pasar del tiempo la vida, regresa la mirada hacia atrás, y viendo a los hijos, se da cuenta que esa vida, no la desperdiciamos… Y se acomoda en el asiento, y va viendo tras la ventana de sus recuerdos, como día a día, nuestros cuerpos envejecen, pero así también, mirando hacia sus adentros, en un suspiro va encontrando, que nuestras almas, muy al contrario, día a día, con más fuerza florecen.

¡Eso! Eso amigo, es lo que vale la pena. Eso es lo que te hace sentir que dejas un legado, un legado de una vida pura y verdadera, limpia y cristalina.

Estoy contento de tenerte como amigo, y agradezco a Dios por aquello. Y tú, como Yo también, tienes que estar contento. Cuenta conmigo siempre, que siempre contaré contigo. AMIGO, AMIGO… 21 Nov. 2019