La torrencial tormenta azotaba los vidrios del jardín de invierno,

mis hijas están dibujando y pintando un castillo para la fiesta de fin de año,

disfruto verlas gatear sobre el inmenso lienzo,

entre tanto yo comparto unos mates que me ceba Cande,entre charlas y mimos,

se une al escenario mi yerno que con pincel en mano también hizo resaltar su beta artística,

en eso llega Gon quien se dirige a capital a visitar los museos con Camila.

Felipe aparece con dos amigos a buscar provisiones demasiados juegos han estimulado el apetito,

en ese lugar a pesar de la tormenta,

se vivía un clima perfecto, la armonía, camaradería, la buena predisposición ,

creo un ambiente único mágico,

ese milagro no se compra ni se vende en ningún lado,

se forma para delicia de todos los presentes,

esa paz nos nutria como personas como familia,

goce con glotonería de cada instante sintiendo me plenamente dichosa de ser parte de ellos.

CAL.COR.