Te soñé, después de mucho que ya no. Supongo que es la idea de que te siento perdido. Bueno, ya hemos pasado antes por lo mismo y siempre descuidé. Pero últimamente ésto me da vueltas.
Ha sido revelador, tardíamente supongo.
En esta fantasía nocturna recuerdo que me acerqué a ti, queriendo saludar como los amigos que somos, me evitaste. Lo noté, me alejé y lo notaste también. Estábamos en una fiesta, veía las mesas llenas de botanas y comidas extrañas pero apetecibles.
Durante la noche me dijeron que me buscaste, y dejaste una pequeña nota en mi mesa. No quise leerla aunque mi hermana insistía. La guardé en mi bolsillo.
Entrada la noche, nos topamos. Iba a pasar de largo pero me tocaste el brazo en señal de detenerme y lo hice. Me preguntaste si había leído la nota, contesté que no. Me viste con cara de preocupación, con tus hermosos ojos muy abiertos sin poder pronunciar una excusa, y lo supe. Supe que era el fin, que por fin te habías enamorado y yo había pasado a ser parte de tu ayer.
Enfrente de todos los que nos rodeaban te di un beso. No quise que dijeras nada, por que hay cosas así, a veces inexplicables, que es complicado poner en palabras pero que se rompe en actos que parecieran impulsados por una fuerza perpetua. No correspondiste mi beso, solo te quedaste así, asustado por los que pudieron vernos, a mi no me importó ya nada. Apretaste mi mano en señal de disculpa y me fui. Al llegar a casa no estaba tan triste, durante el camino me acompañaron la melancolía y la resignación. Me dolía el estomago, me aleteaba algo o todo. Nunca pude leer la nota en ese sueño pues desperté antes. Yo creo que tengo mucho que pensar, quizás por fin me doy cuenta que no valoro lo que sientes aunque diga que sí, quizás debería dejar de pensar y pensar la teoría y saltarme todo hasta la práctica. Quizás hubo veces que no te dije por qué hago lo que hago. Quizás solo me dormí con hambre.