ENIGMAS DEL ESPACIO
La espesa neblina envuelta en partículas de hielo, le daba un halo de misterio al espacio, que para ese momento dejaba colar una atmosfera fría que envolvía a la ciudad. Y así pasó horas, como inmóvil, serena, hasta que las nubes alzaron su velo y el cielo se despejó develando la claridad.
Pasada las horas, Karen esperaba ansiosa que la tarde se despidiera junto al ocaso, para ella desde la ventana del laboratorio hurgar el cielo con su telescopio. Mientras esperaba, su pensamiento se movía a la velocidad de la luz, pensando en los enigmas que guarda el espacio-tiempo detrás de la invisibilidad intangible de la naturaleza, y los tantos planetas inteligentes que hacen vida en el universo.
Llegado el momento en que el cielo nocturno se mostrara en todo su esplendor, Karen se asomó por la ventana de su laboratorio y la luz de sus retinas fue atraída por una fuerza que la hacía impulsar su mirada hacia el cielo; tomó su telescopio como lo hacía cada noche para observar el movimiento de los cuerpos celestes. Los observaba, cuando sorpresivamente sintió un leve movimiento sísmico y pensó que seguramente las placas tectónicas de la tierra se habían removido en algún lugar, y en ese mismo instante en un cerrar y abrir de sus ojos su mirada fue atraída hacia un objeto alargado que pasó como atravesando el cielo, seguidamente se dio cuenta que los vidrios de sus ventanas se habían estrellado con el impacto que recibieron en el mismo momento del movimiento sísmico y el paso instantáneo del objeto cuando atravesaba el cielo. Pensaba en los fenómenos inesperados de la naturaleza, cuando sintió un hálito en su nuca y una voz detrás de su espada que le decía: estamos visitando tu planeta, ella se volteó inmediatamente y se encontró con una penetrante mirada que la dejó inmovilizada por unas centésimas de segundo, instante en que él pudo tomar información de códigos secretos de su cerebro que han estado allí grabados, sin haber sido percibidos por ella, hasta que exclamó ¡oh impresionante! estaba sorprendida; y luego la voz sé escuchó de nuevo para decir: las puertas estelares de tu planeta están abiertas para entrar y salir sin que ustedes puedan percibirnos; Karen hizo un gesto con una expresión de asombro, y como que él le leyese el pensamiento le dijo: son agujeros de gusano, ¡oh, pero esto es asombroso! Exclamó ella de nuevo, y continuó diciendo, nosotros somos de uno de los planetas al que ustedes llaman inteligente; desde hace muchos siglos los estamos observando y monitoreando.
¡Ah!
F I N
Cuento corto de Ciencia ficción por:
Maite Katiuska Moreno
08-11-2018
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