La naturaleza tiene su lenguaje,
si te fijas en las señales
que trae la tarde,
tarde que huele a campo,
viento que traerá la lluvia,
cascabeles asomados en los catáfilos del árbol.

La civilización ha muerto
frente al espectáculo de luces
que nos ofrece el universo,
frente a la erupción de la tierra
y desde la grieta,
emergen al mundo flores diversas.

No tengo un precio,
no me puedes comprar
y lo he perdido todo,
nada me podrás quitar.

Intenta sacar tus certezas,
abrirme en dos la cabeza
y ni aún así sabrás,
de qué está hecha mi conciencia.

La tarde de hoy
no es más que la muerte del ayer,
ha callado el verbo
y me interroga sobre el paradero
del viento y el cascabel.

Animal que se enrosca a Cronos,
resonancias al unísono,
cuajos de desesperación
que desprende el carnero
que recubrió su miedo
con la piel del lobo...
retrato interior son éstos
de los ángeles caídos que desobedecieron
al padre, al hijo y al espíritu santo, trilogía del desencanto.