El ático.
¡Cómo ha pasado el tiempo! Pero a pesar del tiempo transcurrido aún recuerdo, a pesar de que mi memoria a veces tiene algunas lagunas, el día que llegué a este apartamento, hace de eso alrededor de setenta años, mis padres estaban muy contentos veníamos de otro país muy lejano y aunque sabíamos el idioma, nos había costado mucho adaptarnos a las costumbres pero el apartamento era ideal para nosotros, solamente mis padres y yo que ya por aquel entonces tendría unos dieciséis años. Dos dormitorios grandes como solían ser los apartamentos de antes, una amplia cocina, el comedor y un estar además de un amplio balcón donde mi madre tenía sus macetas con plantas.
Pero no debo olvidarme de lo principal, por ser el último apartamento de cuatro pisos, el nuestro tenía un ático arriba que nos pertenecía pero al cual jamás subíamos, no era necesario, teníamos pocas pertenencias y dentro del apartamento, lugar de sobra pero, yo era una muchachita muy curiosa y no podía dejar de inspeccionar cada rincón y el que más deseaba ver era el ático.
Así fue que me armé de coraje, porque lo veía tan oscuro y un día decidí subir.
Nadie podía imaginar la sorpresa que tuve al entrar, la puerta no estaba cerrada con llave y con un leve empujoncito se abrió.
Lo que vi allí era algo que jamás había visto antes, una sala inimaginable donde todo parecía ser de oro, cortinas doradas y alfombras del mismo color adornaban el enorme ático.
Una cama de una plaza que me llamó mucho la atención ya que allí no vivía nadie además de otras cosas tales como adornos de porcelana muy antiguos y lámparas exquisitas por su hermosura.
La primera vez que entré todo eso me maravilló y bajé a contárselo a mi madre la cual me dijo que eso no podía ser cierto ya que ella había subido y lo único que vio fueron muebles viejos, que no mintiera ni imaginara cosas que no eran ciertas.
Me encerré en mi cuarto y dije que nadie en la casa me quería, mi padre se reía de mi ocurrencia.
Al día siguiente volví a subir al ático y mi sorpresa fue mayor aún no solo estaba todo como lo vi sino que una mujer me abrió la puerta.
Era una hermosa mujer que parecía, por su vestimenta de un siglo ya pasado.
Le pregunté quién era y qué estaba haciendo allí a lo que ella me contestó:
___Pasa mi querida niña, no te imaginas el tiempo que llevo esperándote.
___Creo que se equivoca de persona, usted no me conoce por eso no puede estar esperándome.
Ella solamente sonrió.
___Necesito que te sientes a mi lado y escuches lo que voy a contarte. Hace muchos años, en el siglo pasado, mis padres construyeron este edificio, mi padre era arquitecto y mi madre profesora de piano. Cuando yo nací pusieron mi cuarto al lado del suyo pero a medida que fui creciendo y mi curiosidad era mayor, igual a la tuya, quise conocer el ático.
Mis padres al ver cómo me agradaba estar allí, pusieron mi dormitorio en él y bajaba a comer con ellos, pero como ya te he dicho, mi padre era arquitecto y cierta vez hubo un accidente fatal a causa de una casa que construyó o mejor dicho debido a los planos que él hizo, un hombre murió al caérsele el techo en la cabeza y mi padre fue llevado preso.
Muy poco tiempo después murió de pena ya que sólo él tuvo la culpa o mejor dicho la bebida que desde hacía algún tiempo no podía dejar. Mi madre vivió unos años más pero un día al bajar del ático se cayó por la escalera y también murió.
Con apenas veinte años quedé sola y como yo también tocaba el piano me pude mantener por un tiempo pero al final ya no me daba el dinero y tuve que alquilar el apartamento y mudarme para el ático.
Una noche, la más aterradora de mi vida tuve una visión, en ella aparecía mi padre diciéndome que se encontraba con el hombre que había muerto por su culpa y que su madre al no poder perdonarlo siendo una maga maléfica, hizo un conjuro sobre nuestro apartamento donde vivíamos pero sobre todo en el ático sabiendo que yo vivía allí para que jamás pudiera aunque muriera, abandonarlo pasara el tiempo que pasara, esta bruja también estaba muerta pero su espíritu era muy poderoso. A pedidos de mi padre y del propio hijo de ella, el conjuro podría romperse sólo cuando una joven abriera la puerta del ático y lo viera resplandeciente como sucedió contigo, sólo ahí podría dejar este mundo para reunirme con mis padres. Hace muchos años que morí pero tú eres la persona que me va a liberar, perdóname pero deberás ocupar mi lugar aunque mueras.
De esto hace ya muchos pero muchos años y ahora que me encuentro enferma y con la mente un poco ida decidí escribir todo lo acontecido con el ático, no sé si algún día podré salir de él quizá cuando otra muchacha ocupe mi lugar, no lo sé, tengo tantas lagunas en mi mente.
De esto han pasado muchos años, el apartamento ha sido vuelto a alquilar y esta vez una mujer con su hija son las inquilinas.
Una tarde la niña de tan sólo siete años, curiosa como toda niña sube al ático y al ver todo aquel resplandor se maravilla y le cuenta a su madre la que le dice:
___Susanita, sabes muy bien que no me agradan las mentiras, si quieres puedes jugar en el ático pero vas a tener que limpiarlo tú sola, he subido y he visto lo sucio que está.
Omenia 3/11/2018
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