Cuando la bella tarde se ve envuelta por los velos de la noche,

angustiada lagrimea sin pausa sin poder parar,

pero los tules nocturnos la van cubriendo con suavidad,

ella ha de entender que es el turno de la luna, de las estrellas, del descanso,

con los ojitos inundados en lágrimas se despide con un hasta mañana.

La noche despliega todo su esplendor,

esa maqueta que enamora con solo mirarla,

causa la admiración hasta de los más desapasionados,

estira sus brazos cobijando todo a su alrededor,

invitando a sumergirse en la oscuridad mientras el destello de las estrellas,

te señalan el camino a seguir,

la luna llena hace su aparición con su ancha sonrisa ,

las perlas de sus dientes encandilan produciendo magia,

mientras sus largas pestañas danzan animándonos a ser creativos confiados,

dándonos derecho a soñar con absoluta libertad.

CAL.COR