Entre aquel peso del insomnio llegaste
en auxilio a mis angustias... mostrando
cuan inmensas son aquellas las tuyas
pues vagando el mundo buscando vas
Por vástagos perdidos y eternos dolores
tu vida llevas... –¿Qué tan amargos son
aquellos tus pesares que justifiquen
más dolor que el mío, para sufrir así?
Dijiste, confortando mis afanes necios
e incitándome a dormir y recobrar la
perdida calma por vanas inquietudes
tomándome entre tus brazos rescatando
mi vida del suicidio inútil... Llorona mía
te amé, y te amo entregado de por vida
a llorar tus penas... que no las mías
Texto agregado el 03-11-2018, y leído por 37
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