Salem, año 1693.
Carta de una bruja a su gato, antes de ser quemada en la hoguera:
Para ti, mi dulce carita negra, mi precioso hijito, ojos color de sol; mañana seré quemada en la hoguera, es por ello que te pido; huye querido mío, huye. Corre mientras tengas tiempo, no te quedes, no me esperes.
Dame la satisfacción de no verte sufrir con mi dolor.
Intérnate en el bosque.
Yo te imaginaré jugando libre con las flores, dormitando bajo el abedul, o atrapando monerías, como sabes hacer tú.
Sé feliz cariño mío, aún en tiempos oscuros, en que reina la locura y la maldad. Yo te estaré acunando, besaré tu piel terciopelo y no temas la soledad, que ella te salvará.
Duerme tranquilo mi niño, que tras el velo de silencio, verás, en uno u otro momento, esta mujer, injustamente juzgada, volverá por ti, en la hora más fría de cualquier madrugada voraz.
Sheisan, una bruja, como cualquiera otra...
Salem. Inicios del siglo XVII.
Una de las últimas zonas más recordadas de cacería de brujas en nuestros tiempos es Salem. En dicho lugar, se produjo una de las mayores violencias colectivas hacia la mujer, de la que se tenga historia.
Mujeres acusadas de hechicería sólo por el hecho de reunirse, o de ser diferentes, de tener voz propia, de no callar, o tan solo por sobresalir ligeramente del resto, eran injustamente acusadas, enjuiciadas y asesinadas.
Antes de ello fue la Inquisición, por parte de la Iglesia Católica, en la que ni siquiera había juicios, sino la iglesia ‘condenando’ a mujeres. Murieron 20.000 “brujas”.
Los juicios de Salem se estudian hoy en todo el mundo, como un fenómeno de histeria colectiva, pues llama la atención que un pueblo completo alucinara y delirase respecto a la brujería, ya que surgían acusaciones en que unos y otros se señalaban, de pronto sólo por animadversión, sin poseer algo que sustentase realmente dicha acusación. Hasta hoy se recuerda y rememora a las mujeres castigadas mediante injurias falsas
En nuestro tiempo, en las marchas de feminismo, usan la quema de brujas como una metáfora de lo que sucede socialmente con la mujer, ya que nos violan, nos agreden física o psicológicamente, dejándonos tiradas en cualquier parte… pero al menos, no nos queman, como hace 400 años.
M.D |