La piel fría y tus huesos quebrados
La sangre resbala de tus heridas
Y de tus labios emanan perfecta;
Los suspiros que se diluyen
En una mezcla de alegría y agonía.
La tétrica fragancia que envuelven los lamentos
Y la martirizan por haber perdido la fe entre juramentos
Teñidas las hebras que se esparcen
Y las lágrimas fluyen como diluvio;
De tus orbes vacíos, perdidos en sombra.
Se estruja infame tu alma, en plena huida
Texto agregado el 30-10-2018, y leído por 98
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