Inicio / Cuenteros Locales / sendero / Una historia gatuna
El mar está en calma. Ella camina por la orilla. Siente el cosquilleo que hacen las burbujas del agua al reventarse. Bajo la sombra del risco se recuesta a contemplar la puesta del sol y el ir y venir de los barcos. El horizonte tiene espejos y azules profundos. Observa la inmensidad. El viento la distrae, la despeina, su aroma le recuerda que ya es mujer. Respira profundo y la brevedad de sus pechos empujan la blusa. Recostada busca su acomodo, entrelazando sus piernas una y otra vez, alterna lenta cada una de ellas. Decide recogerlas hacia su pecho, abrir el compás. Cierra los ojos y la brisa se mueve en el interior de su falda. Se inquieta. Suda diferente, ahora brota con calor, que rebalsa las mejillas, sube, recorre con intensidad la planicie de su bajo vientre; la mano que antes había estado en reposo se volvió laboriosa, salta gatuna al Monte Venus y retoza.
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Texto agregado el 28-10-2018, y leído por 169
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