En un hotel de Colonia del Sacramento.
Las pocas veces que viajo lo hago principalmente por negocios pero esta vez me tocaron unas vacaciones más largas que de costumbre debido a que la última licencia había mucho trabajo y en común acuerdo con mi socio decidí “guardarlas” para otra ocasión.
Así fue que me vi viajando en auto hacia la ciudad de Colonia para luego ir en barco hasta Buenos Aires.
Colonia es una ciudad muy acogedora y en verano es un placer visitarla, hacía mucho tiempo que no iba y pensé que Buenos Aires podía esperar, me quedaría unos días y luego iría a Argentina.
El hotel de lo mejor, los desayunos fabulosos y los dormitorios estilo Luis XV a todo lujo me cautivaron. Esa noche cené en el hotel, estaba repleto de gente y a media noche vendría una orquesta y a pesar de encontrarme solo, pensé que quizá…. Uno nunca sabe….
Ese no era un hotel para veganos, la parrilla estaba repleta de todo tipo de carnes, asado, pollos asados, chorizos, etc…
Cuando iba a sentarme para cenar, una mujer pasó a mi lado y sin querer tropezó conmigo cayendo en mis brazos, debo decir que eso me entusiasmó, era una preciosura de mujer, alta de pelo castaño y grandes ojos casi violetas, no muy comunes.
La ayudé a sentarse y la invité a cenar conmigo, al principio no quería aceptar pero tanto insistí que terminamos charlando y cenando juntos.
Analía era su nombre, tendría alrededor de veinticinco años y aunque yo tengo casi cuarenta, no pareció importarle.
A la hora del baile, la orquesta tocaba un tango y me siento orgulloso de decir que soy un perfecto bailarín y les diré que la muchacha no se quedaba atrás, algo raro en una chica de esta generación que no saben bailar más que música caribeña.
Esa fue una noche de película, luego del bailar salimos a recorrer la costa tomados de la mano, casi parecíamos novios, me contó que estaba con sus padres pasando las vacaciones pero que en unos días se iban a Montevideo.
Nos contamos todo lo que hacíamos en nuestras vidas, por supuesto le dije que era ingeniero y que trabajaba en una gran empresa, que era divorciado y que no tenía hijos, a su vez ella me contó que era maestra en una zona rural de Uruguay y que vivía con sus padres.
Luego de esto le pregunté si tenía novio o pareja a lo que me contestó que no, de lo contrario no estaría conmigo en ese momento.
Era encantadora, me había hechizado por completo, cuando volvimos al hotel una pareja de unos sesenta años se aproximó y Analía me los presentó, eran sus padres, me cayeron muy bien, me pereció gente muy educada.
Le dijeron a Analía que se iban a acostar, que estaban cansados pero si ella quería podría quedarse un rato más y me pidieron que cuidara a la “nena”.
De mil amores contesté y se fueron charlando entre ellos.
Lo que sigue después no es necesario que lo cuente, subimos a mi habitación y creo que debo haber pasado una gran noche y digo creo porque la verdad es que no me acuerdo de nada, sólo sé que al despertarme no vi a Analía, pero pensé que se habría marchado para que sus padres no se dieran cuenta de que no había dormido en su habitación pero cuando bajé a desayunar tampoco la vi, entonces pregunté al conserje y éste me dijo que Analía se había marchado con sus padres muy temprano.
Esto me decepcionó mucho pero pensaba que más tarde me llamaría por teléfono ya que le había dado mi número entonces esperé y al ver que no me llamaba me fui a la playa esperando volver a verla.
Le dije al conserje que me iría esa tarde ya que el barco salía al anochecer y que me tuviera pronta la cuenta,
Pero al enterarme de que esa noche vendría una actriz famosa a cantar decidí a última hora quedarme y volví a entrar al restaurante del hotel llevándome una gran sorpresa, me parecía estar reviviendo la escena del día anterior, Analía volvía a tropezar con un hombre de mediana edad mientras se repetía lo mismo, el hombre insistía en que se quedara a cenar y ella luego de negarse aceptaba, entonces lo supe, al ver a la misma pareja de “padres” haciendo lo mismo que conmigo, no sabía si me reía o llamaba a la policía pero luego lo pensé, ¿qué les diría? Que había sido un idiota, iluso y que me había dejado robar, había sido drogado y que lo más probable ni siquiera me había divertido con la muchacha, más tarde me di cuenta de que también el conserje estaba en complicidad con aquellas personas, en fin que decidí que volvería a Montevideo, luego de denunciar el robo de mis tarjetas, de llevar mi hombría por el suelo y de haber sido timado, volví a la oficina una semana antes y ante el asombro de mi socio le conté lo que me había pasado y cuál no sería mi sorpresa al enterarme de que a él le había pasado exactamente lo mismo que a mi pero no en Colonia, sino en el Hotel Casino Carrasco pero que él los había denunciado y que para que la policía no los agarrara se habían ido a Colonia.
Hoy, después de algunos años fui al mismo hotel en Colonia pero gracias a la denuncia que hice el conserje ya no está entonces quise quedarme a ver el espectáculo y para mi sorpresa al ir a sentarme alguien tropieza conmigo, entonces la miré a los ojos y lo supe, Analía seguía haciendo de las suyas pero esta vez no tuvo tanta suerte, no la invité a sentarse, ya no era la misma, los años habían pasado también para ella y al mirarme, ella también lo supo, se fue y jamás volví a saber de ella.
Omenia. 24/10/2018
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