Tu nombre emula al agua al dar en la tierra, te compones de agua, sal y barro. y en tus adentros se encierra el mundo del que quiero formar parte.
Fría, distante, altiva, cambiante, reluzco sobre todas los cosas, ilumino tu mundo (Apolo me ilumina a mí), guío a los osados, temerarios que te desafían y menosprecian... soy la voluble diosa Luna cuya arrogancia arroja a tus pies, a los desdichados humanos inspiro versos amorosos, bajo mi velo oculto a los desdichados amantes y, aún hoy, en algunos lugares soy la soberana del tiempo.
Mi pena es mi vida y mi vida no es vida si no puedo sentir tu aliento; todas las noches salgo a tu encuentro, pido piedad a la fuerza suprema (no me escucha o simplemente me ignora) y te susurro versos que una vez crearon para mí, pero mis palabras no llegan a su destino, no las escuchas.
¿donde está el hades de los inmortales? Mis miembros, la materia celeste que me compone no es perecedera pero la esencia si lo es y poco a poco va consumiéndose; la inmortalidad es agotadora (me he cansado de observar, sí, ya sé que fui yo quien le rogó a Zeus, yo le pedí que hiciera/ese eterno el sueño, maravilloso descanso, de Endimión; mi casto y antaño olvidado y superado amor; fue bella sin duda esta historia (fruto de ella son cincuenta de mis hijas a las que, cómo no, tuve que criar yo sola puesto que su padre se hallaba rezagado en tu orilla; una noche, mientras espiaba al único amor, hasta entonces, vi a varias sirenas, estaban enredadas entre los bucles de tu azulada y húmeda cabellera y tú, tratando de ayudarlas, revolvías tus cabellos; fue entonces cuando me enamoré y pude conocer el significado, el verdadero sentido del amor. Abandoné a Endimión (jamás supo que estaba a su lado, no me añorará) y desde entonces cada noche salgo a tu encuentro y observo... Siento que Eros juega conmigo, creo que está celoso, los mortales le han olvidado pues es a mí a quién piden consejo y ruegan conseguir al amado/a, me aman mientras que él se ha convertido en espectro del pasado; es irónico, envidio su suerte(si me olvidaran podría convencerme a mi misma de mi muerte) no obstante debo sufrir eternamente este sentir( tu estás a ras del suelo y yo muy por encima de este, la fuerza suprema fue la culpable, creó a dos materias opuestas (Poseidón y Selene )e hizo que dependiéramos el uno del otro( ¿podría ser simple dependencia? No, no lo creo)).
La inmortalidad es la condena de este corazón que por amor no muere pero por él siente un hondo y continuo dolor tan eterno como él; cada noche al ver como mi reflejo forma parte de ti imagino que este espejismo es real... pero no te siento... (y es entonces cuando se apodera de mí la tristeza).
Durante toda mi existencia seré desdichada y moriré, por imposible que esto último sea sino percibo tu calor...
Atiende mi súplica, fluido amigo, y calma esta sed como sólo tu puedes