Y con la ondina de anhelos
entre tu corazón de nidos, robo tu ansiedad.
Y tú mirar nervioso, rodeo en retamares cual deidad.
Me embalo estrepitoso, y tu sonrisa de nácar cual faro me endilga hacia tu beso asativo; que es bello, melancólico.
Es luz y cielo, es estrella y es deseo.
Texto agregado el 22-10-2018, y leído por 63
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