_ La delincuencia en este momento nos está sobrepasando_ Clamó con una voz firme, eligiendo cuidadosamente cada una de sus palabras. Sebastián Piraña dejó pasar algunos segundos antes de continuar_ ¡Pero castigaremos duramente a los infractores de la ley!_ Gritó alzando sus brazos a los cielos. Rugientes vítores generados por la numerosa asistencia, no se hicieron esperar; los clamores y aplausos cayeron ensordecedoramente sobre el estrado donde estaba el candidato.
Aún cuando aquel discurso había comenzado hace algunas horas atrás, muchas personas seguían llegando prestas a escuchar las mismas promesas vacías, que antaño hipnotizaran a similares masas sumisas y obedientes.
Por mi parte, estaba molesto e incomodo entre toda la muchedumbre_ No he oído ninguna promesa de invertir recursos para combatir la creciente pobreza, o quizás inyectar nuevos capitales económicos igualando condiciones de oportunidades laborales_ Comenté meditabundo. Mi acompañante Marco, miraba a la gente divertido_ ¡Dad a la plebe pan y circo!_ Respondió cuando coqueto miraba directamente a la hermosa mujer de sombrero negro y vestido color violeta que estaba a nuestro lado.
La renga en el escenario continuaba _ ¡Expulsaremos a los inmigrantes que viven ilegalmente en nuestro país, vienen a robar los empleos de honestos ciudadanos!_ El discurso de fin de campaña continuaba encendido_ ¡Hay que liberar al país de esta peste que enferma a nuestra sociedad!_ A pesar de la gran distancia que nos separaba del podio, podíamos apreciar claramente como el rostro de Sebastián Piraña se hinchaba por la excesiva carga de adrenalina_ ¡Recuperaremos nuestras tierras de las garras usurpadoras del comerciante extranjero!
_ Creo que este discurso lo escuché anoche en un documental de la Alemania nazi de Hitler_Expuso Marco sin quitar su pícara mirada de nuestra ocasional vecina.
_ ¡El homosexualismo es un cáncer que destruye los valores de nuestras familias!_ La maniática arenga continuaba_ ¡Dios odia a cada uno de esos degenerados!_ Sebastián Piraña vociferaba fuera de sí_ Así es amigos y amigas. Hay que castigar esos aberrantes comportamientos... ¡Al paredón con los maricones!_ La multitud enloqueció ovacionando sumida en un éxtasis incomprensible.
_ ¡Esto ya es demasiado! Me voy de aquí_ Comencé a caminar enfadado por la imbecilidad de la concurrencia.
_ A mi tampoco me gustan los homosexuales; pero hay mucha diferencia entre "no gustarme", a "llevarlos a fusilar al paredón"_ Opinó Marco con la mirada enamorada.
_ ¡Vamos baboso!_ Llamé a mi amigo quién ya intercambiaba número de teléfono con aquella misteriosa mujer.
No alcanzamos a cruzar la gran avenida, pues ya había terminado el discurso, y la copiosa comitiva del señor Piraña, había comenzado a retirarse interrumpiendo el tránsito por algunos minutos. En aquel cruce de calles la limusina del candidato a la presidencia se detuvo por un momento. Y es en este punto de nuestra historia en donde pasó "eso" tan extraño que me llevó a escribir estas usuales memorias.
La última vez que vi a Marco, estaba a mi lado derecho, junto a la mujer de sombrero negro y vestido violeta. A contra posición (a mi izquierda), habían dos policías montados, ambos sobre sus respectivas cabalgaduras.
La gran limusina se detuvo aproximadamente a unos tres metros de mi ubicación. Sebastián Piraña se encontraba sentado en la parte posterior del automóvil; al detenerse la limu, bajó el cristal de la ventanilla para que las personas se acercaran, y pudiesen tomarse fotografías junto a él; también para facilitar el proceso de firma de autógrafos que menudos partidarios pedían. En este lapso de tiempo recibió de manos de sus adherentes varios arreglos florales. Todo bien hasta allí; luego pasaría lo extraño...
Me di cuenta qué apenas se detuvo el gran automóvil, los caballos de los agentes de seguridad que estaban a mi izquierda, comenzaron a relinchar impacientes; y pasado tan solo unos segundos se encabrillaron asustados. De hecho más que asustados, me atrevería a decir que aterrados. ¿Como sé eso, si no soy veterinario? Lo deduje por el nivel de angustia y desesperación que pude observar en los ojos de las bestias. Hubo un momento en particular en que los animales quisieron atacar el vehículo; fue imposible para los dos policías tratar de controlarlos.
Por su parte desde adentro del vehículo Sebastián Piraña pudo observar este suceso, pero parecía que no le importara. Sentí como si estuviese acostumbrado.
Al subir el cristal de la ventana para retomar el camino, el pretendiente a la presidencia casualmente posó su mirada sobre mi, burlón dibujó una sonrisa en los labios, en el momento que sus ojos pestañearon; pero los párpados nunca bajaron como debe ocurrir normalmente. Lo que realmente pasó (Y juro que así fue), observé unas membranas escamosas de color verde oscuro, ellas salieron desde los costados de sus ojos para efectuar un rápido movimiento parecido al pestañeo, pero de forma vertical.
_ ¡Hijo de puta!_ Dije sobresaltado de horror; Sebastián Piraña sonreía con aquella mirada colmada de una naciente maldad que literalmente caló cada uno de mis huesos _¡¿Viste eso marco?!_ Grité asustado cuando el vehículo retomó la marcha. Busqué a mi amigo entre las personas; pero fue imposible dar con su paradero.
Nadie sabe de él hasta el día de hoy.
Tuve que esperar veinticuatro horas para informar a la policía de la desaparición de mi amigo; tal cual lo dicta la vigente ley chilena.
_ ¿Cuando fue la última vez vio al sujeto en cuestión?_ Preguntó el policía mientras escribía el informe.
_ Al salir del acto de cierre de campaña de Sebastián Piraña. _¿Marco estaba solo o acompañado?
_ Estaba junto a una hermosa mujer que vestía un sombrero negro de ala ancha, y una ajustada falda color violeta.
_ ¿Color violeta?
_ Así es, color violeta. Ese tono está muy de moda desde que es usado por el partido nacional de Sebastián Piraña. Además él encabeza las listas de preferencia para ganar las próximas elecciones presidenciales.
_ ¿Recuerdas algún detalle de aquella mujer? Algo que la distinguiera de las demás.
_ Recuerdo bien el color del vestido, pues era muy llamativo. Es extraño, ahora que pregunta; aquella prenda de vestir cambiaba de colores a medida que la luz caía sobre la tela. Era como si fuese "escamoso", como si el vestido fuera una epidermis.
_ ¿Por casualidad era como piel de reptil?_ Preguntó el detective cruzando una cómplice mirada con el sargento de guardia que lo acompañaba.
_ Otro más_ Dijo con un suspiro el sargento.
_ ¿Que pasa?_ Pregunté temeroso_ ¿Ya a pasado antes?
_¿Habían animales cerca?... ¿Algún animal que actuara de forma errática?
_ ¡Sí! ¿Cómo lo sabían?_ Respondí atónito.
Relaté lo ocurrido con los caballos de los guardias de seguridad.
_ Esto a pasado desde el inicio de la humanidad_ El policía encendió un cigarrillo_ Mira Jorge, cuando llegues a casa, busca en Youtube "Reino unido, caballo reacciona ante presencia de la reina Isabel de Inglaterra"
_ ¿Reina Isabel de Inglaterra?... ¡De que mierda están hablando!... ¿Que carajos tiene que ver todo esto con la desaparición de Marco?
_ allí entenderás que lamentablemente no volverás a ver a tu amigo. Ellos ya están aquí, y son capaces de todo para trepar las esferas del poder. Llegaron para quedarse, y ya no solo raptan niños para consumir su carne, ahora buscan la comida entre las masas anestesiadas por la eficacia de sus palabras.
_ ¡¿De que mierda están hablando?!_ Grité acongojado y confundido.
Llego a casa de madrugada, cansado y atormentado por la desaparición de mi amigo_ Necesito un café, y después de todo esto, también requiero de una evaluación psiquiátrica digo bostezando_ Enciendo el computador y con curiosidad busco la página que me indicara el policía.
Con extremada curiosidad vuelvo a ver por décima vez, el vídeo que dura tan solo un minuto cuarenta segundos; percatándome de un detalle que había pasado por alto. Una mujer de sombrero negro de ala ancha, y vestido color violeta sale por la misma puerta desde donde apareciera la reina Isabel. Juraría que posee la misma mirada y sonrisa de Sebastián Piraña. Hay en ella una maldad sorprendentemente similar. Observo como el caballo del vasallo de la reina Isabel reacciona como lo hicieran las monturas de las policías acá en Chile.
_¡Hijos de la gran puta!_ No puedo asimilar el terror que cubren mi espíritu. Los agentes de la ley tienen toda la razón. Ya están aquí, llegaron para quedarse, comenzando a trepar por las esferas de la política.
Creo que jamás volveré a ver a Marco.
El vídeo de la reina Isabel https://www.youtube.com/watch?v=Z0VzcRQAgcg&t=12s
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