Hay un romance sensual
cuando acaricia con destreza
las cuerdas del cuerpo curvado
que con gemidos inefables,
responde a cada toque.
Hay alquimia pura en esa unión
del guitarrero y su guitarra,
magia que no se explica,
nostalgia que destila recuerdos.
Hay entre los escuchas
sentimientos que fluyen
ojos que se humedecen
suspiros que se liberan.
Hay en los dedos del guitarrero
algo de Dios, un poquito de embrujo
y notas que se entrelazan
para dar vida a una melodía.
Texto agregado el 19-10-2018, y leído por 98
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Bello poema marimeci, ese diálogo magistral entre la guitarra y el guitarrista es inefable, esencias que se enlazan y supiros que se escapan. besos y rosas. sendero
19-10-2018
Totalmente precioso u poema. Me encantó toda, será porque admiro a los que de un instrumento nos regalan su arte. Cariños. Magda gmmagdalena
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