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El cuaderno celeste nació en un puesto del Russi Russi
Es hermano de otros celebres cuadernos,
el cuaderno rojo grita con la furia escarlata de la Tirana
el cuadreno verde baila en la levedad del humo
el cuaderno amarillo poguea el hit del verano
el cuaderno negro quiere viajar al fin de la noche
Al cuaderno celeste lo elegí por que es como el mar
el aire esta impregnado de su olor, su ruido casi no cesa
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Cuando abro el cuaderno celeste recuerdo cosas que había olvidado
el temblor de V cuándo nos besamos por primera vez
el color del vestido de mamá el día que terminé el primario
la escarpada geografía de Mompracen, todos los transbordos de Philleas Fogg
los números de teléfono de amigos desatendidos
incluso recuerdo el primer poema que escribí
en otro cuaderno celeste
En el cuaderno celeste hay una pluma roja del cardenal de R
hay una entrada para ver Newell`s Independiente en el metro del 87
hay escarabajos, caracoles y jazmines
una selfie en Machu Picchu con F
también hay panfletos anarquistas,
letras de los Redondos,
papel crepe violeta para teñirse el pelo
hay flecos a crochet tejidos por Pura
hay manchas de jugo de zanahoria, sangre y chocolate
Esta lista es parcial,
cada vez que abro el cuaderno celeste
no sé con qué me voy a encontrar adentro
Hay días en que al cuaderno solo debo leerlo
otros es necesario que escriba algo
no sé por qué es así, parece estar en función de la hoja
en que el cuaderno celeste se abre ese día
pero como sus hojas no están numeradas
es imposible saberlo de antemano
Es por eso que he pasado tantas horas mirando páginas en blanco
Hay días que las páginas derechas del cuaderno celeste
despiden una luz crepuscular, tranquilizadora
una luz de trigal en un atardecer de verano
etérea, apacible a la mirada
Otros días las páginas izquierdas del cuaderno celeste
despiden la luz de un amanecer en el cielo de Boedo
una luz de penumbras que se va blanqueando´
a medida que escribís en ella
3
Es navidad, la familia ya se duerme
el cuaderno celeste y B.
me piden ir a caminar a la playa
B. me da la mano con fuerza
lo intimida un poco la oscuridad
Parlotea excitado, todavía cree en Papa Noel,
F. como siempre le compró el regalo que el quería
Recuerdo que cuando A. era una bebé
vinimos con ella y F acá otra nochebuena
llevarlo a él es cerrar un ritual
una plegaria que Jesús y Lemanya
escribirán en el cuaderno celeste.
B. esta creciendo, hoy juega a imitar todo lo que hago,
cuándo hablé de las nubes y la luna repitió mis palabras
cuando me agache a recoger una piedra en la arena
hizo el mismo gesto
Es la primera vez que veo al mar de noche, le dice B. al cuaderno celeste
La playa se fue poblando
un grupo de adolescentes con una fogata
otros vestidos de fiesta van camino al salón del hotel
De una casa cercana tiran una ráfaga de fuegos artificiales
Los rojos y azules se multiplican contra la oscuridad del mar
Miro a B., temo que el ruido lo haya asustado
cuando la pirotecnia deja de iluminarlo
me regala una nueva mirada
una de esas que saben
salvar el sentido del mundo.
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