Frases

Cuando me lo propusieron dije que no. Apremios económicos me hicieron cambiar de parecer y desde hace dos años formo parte de un grupo de escritores de mensajes en las galletas.

Siempre creí en las galletas de la fortuna, sus contenidos invitan a la esperanza, nos dan un momento de ilusión; tan efímero, tan real.

Parece un género fácil pero no es así. Es un momento sublime entre el consumidor y la golosina, donde el mensaje tiene que ser claro, contundente.

“Sigue tus impulsos y encontraras el camino”

En un principio me sentía un usurpador. A poco de andar me imaginaba como el Chamán de las golosinas.

“El amor golpea a tu puerta”

El solo pensar en el destinatario de mis “predicciones” me daba la fuerza para armar los relatos.

Imaginaba una primera cita en un bar, llena de ansiedades y un oportuno mensaje para relajar el momento.

“Hoy puede ser el comienzo de algo maravilloso”

Un primer aniversario en el mismo lugar donde sellaron su amor

“Que lindo es estar contigo”

Me ocurre algo extraño, una vez lanzada una frase, parece que no la hubiera escrito, pasando a formar parte del imaginario fantástico de las galletas de la fortuna.

“Prepara las valijas, el mundo te espera”

Se que es un género menor, ni siquiera se puede hablar de arte. Son frases gastadas en un mundo distópico. Su mensaje no pasa desapercibido, simplemente porque la gracia del alimento es su contenido escrito.

“El futuro llegó, es todo tuyo. Aprovéchalo”

Intenté frasear epitafios para las lápidas, pero eso no es lo mío.

OTREBLA