Inicio / Cuenteros Locales / Daiana / La mujer de la maleta
Ayer la vi desde mi ventana, había llovido un poco y el cristal tenía una manchas difusas de gotas de agua. La mujer cargaba una maleta grande, iba vestida a la moda, combinaba un vaquero desgastado de fábrica y unas Converse de piel con un abrigo ligero de tweed. De pronto miró hacia atrás y pude ver lágrimas en sus ojos.
La había visto algunas veces por el barrio, siempre sola. No sabía que tenía marido. Le gustaba llevar el pelo largo y liso, a veces recogido en un moño algo despeinado a propósito. Antes su figura era más llena; ahora se veía más delgada, había habido un cambio en su complexión, era como si su belleza, incuestionable, hubiese cambiado de estilo.
Me aparté de la ventana y tomé un libro en papel que me tenía enganchada. Al punto lo dejé de nuevo porque llamaron al timbre, era mi hija que venía sin llave.
- ¿Hay café hecho mamá?- me preguntó.
- Creo que sí. Míralo.
- Sí, mamá. ¿Quieres uno? Hace mucho frío fuera y me apetece.
Mientras saboreábamos el café espeso y caliente, le pregunté si había visto a la vecina con su enorme maleta. No era época de viaje, me resultaba extraño. Mi hija la conocía más que yo, pues tenía otra hija de su edad y un hijo algo mayor. Me informó también de que tenía un marido muy apuesto.
- Pero mamá, ya no hacen el amor- oí su voz como un chaparrón.
- ¿Qué sabrás tú de eso, pequeña?- casi le regañé.
- Eso se nota, mamá. Cada uno va por su lado. Nunca se ríen juntos, que yo he estado en su casa. Si casi no se miran a los ojos.
Entonces, un calor frío me recorrió el cuerpo. Tuve que correr hasta el lavabo y sin saber por qué rompí a llorar amargamente.
Entendí, entendí, … entendí que esa mujer se iba de su casa, se iba de su hogar. Y me sequé las lágrimas. Y como un chubasco, interrogantes comenzaron a inundar mi cabeza, en busca de culpables, ¿fue por él, fue por ella, fueron otros, la rutina, lo que se da por fijo y por seguro, la indolencia, el postergar lo urgente y lo importante…?
Pasaron dos meses. Me asomé a la ventana. Tengo unos cactus con flores de colores y los saco al sol. Entonces vi a la mujer de la maleta. Regresaba … Y sentí la dicha de adivinar en su cara un brillo nuevo.
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Texto agregado el 12-10-2018, y leído por 156
visitantes. (11 votos)
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Lectores Opinan |
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13-10-2018 |
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Has escrito una historia dramática y, afortunadamente, con final feliz. En mi opinión, la rutina, la costumbre, lo previsible, mata la vida. La risa, la sorpresa, lo imprevisto, alegra la vida y la mantiene soleada como los cactus de tu ventana.+++++ crazymouse |
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13-10-2018 |
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Celebro su vuelta. Se puede comprender. Eso libera mucho en una relación. El amor no tiene límites, a menos que uno se los imponga.
Me gustó mucho. Marcelo_Arrizabalaga |
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13-10-2018 |
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ES complejo y da para muchas elucubraciones. Lo que es cierto es que duele que se vaya del hogar una mujer que un hombre. Las razones son varías, pero lo frecuente es el maltrato familiar sea picológico o físico. Si regresó, quizá es darse una segunda oportunidad y los hijos llaman más que el varón. En relación al texto es una microficción, que caé en la narrativa, con un narrador fuera de la historia. Dejaría el texto en reposo, y lo volvería leer pasado algún tiempo. Abrazos y rosas amiga. sendero |
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12-10-2018 |
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Creo que el titulo, con perdón tuyo Daiana, deberia ser "La Mujer de la Ventana" es la protagonista y es un ejemplo de empatía a seguir hacia el prójimo. Abrazos, Roxanna unabrazo |
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12-10-2018 |
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Jajaja, me recordó un poco este cuento que las mujeres siempre se hacen películas en la cabeza, aunque a veces, si resultan verdad. Me gustó. fabiangs7 |
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