LA MUJER DE LOS DOS ROSTROS -CAPITULO V

Planean muy bien su fechoría y ponen en marcha su plan, ya que tienen que actuar con sumo cuidado porque el Industrial está en sobre aviso y tiene a varios gorilas que lo protegen.

Se lleva a cabo el plan y matan al Industria, y toda la FIP. se pone alerta buscando pista y se dan cuenta que los hombres que cuidaban al Industrial eran unos hampones; los agarran y los ponen presos.

A los pocos días de este hecho, Martiña vuelve hacer su aparición, se siente más fresca y liberada de preocupación, ya que habían matado al Industrial, ahora podría actuar de nuevo como la dama dulce y angelical que todos conocen; pero inesperadamente surge un imprevisto en el recinto de Francheska, el hombre Xs19 (el azulejo), pide ver a Franchezca con urgencia; Manolette le avisa y ella lo hace pasar y le pregunta que cual es la urgencia. Él le contesta que el detective anda detrás de la pista de una tal Señorita Martiña, umm, esto no me agrada nada, dice ella, quiero que te pongas en acción y me elimines al detective de una forma que parezca un accidente y no te preocupes por tu paga que va hacer bien resuelta - como usted mande jefa - le dice éste. Ahora quiero que te vayas y cumplas mis órdenes, le dice ella con voz de mando. Él sale de allí silbando, ya que Francheska solía pagarle muy bien por sus servicios.

Francheska caminaba de un lado a otro, y pensaba, ahora tengo que demorar el otro golpe, por ese intruso detective, ahora tendré que tomarme unas cortas vacaciones hasta que todo pase.

Se reunió con sus hombres y les dijo que se iría de vacaciones, que le daría una buena paga a cada uno, y les pidió que mientras ella estuviese fuera no cometieran ninguna tontería.

Luego de tomar esa decisión, le pidió a Manolette que la acompañara a disfrutar de sus vacaciones, éste acepta gustosamente, estaba emocionado, porque por primera vez le vería el rostro a su jefa.

Ella entró a la mansión de Martiña a media noche, los guarda espalda no estaban porque ella le había dado el día libre, se quitó el antifaz, y Manollete quedó sorprendido e impresionado por la belleza de está y que fuese la misma mujer de la Suite; se quedó sin habla por unos segundos, no podía creer que Martiña y Francheska fueran una misma persona; después de asimilarlo le dijo: ahora comprendo porque dijiste que no tocaran a la mujer y la paliza que le mandaste a dar a Xs11, pensé que te estabas volviendo loca; ella sonrió de buena manera, y le dijo –sí - pero eso es nuestro secreto, sabes que eres mi mano derecha, pero también puedes morir si me descubres mi doble personalidad. Los guarda espalda tampoco saben nada, ellos me conocen solamente como Martiña.

Al siguiente día regresaron los guarda espalda y Martiña le presentó a Manolette como un nuevo empleado y les dijo que mandaran a revisar la avioneta, que iban a viajar.

Pasadas las horas, la avioneta desplegó sus alas al cielo abierto, rumbo a la paradisiaca Isla Elba, donde había nacido su Mamma.

Cuando la avioneta aterrizó, ya Martiña había arrendado un carro con un chofer que la condujo al Resort donde ella solía vacacionar, le dio suficiente dinero a los guarda espalda para que disfrutaran su estadía en la Isla, mientras ella también disfrutaría sus vacaciones junto a su hombre de confianza.

Manolette era un hombre rudo y no sabía cómo tratar a Martiña, no se la imaginaba tan cálida, porque Francheska era fría, calculadora, y siempre estaba acariciando su ametralladora, como que era lo único que le importase.

Pasado los días, después de haber disfrutado unas cortas vacaciones, regresaron a la ciudad. Ya instalada en su mansión Martiña habló con Manolette, y le dijo, ahora quiero que me trates como a Francheska ya se te terminaron tus vacaciones y ahora a trabajar.

Matiña fue a su recinto con la personalidad de Francheska y se reunió con sus hombres Xs y estos le dijeron que ya el hombre Xs19, había cumplido con su encargo sin dejar ningún cabo suelto. Francheska respiró hondo, y les dijo: bueno, ahora a trabajar y a planificar como llegarle al cabecilla y futuro socio.

Continúa…