LA MUJER DE LOS DOS ROSTROS
La mujer de los dos rostros es una obra de ficción donde el escritor les va dando vida a sus personajes a medida que la mente se pasea por los pasajes mentales del cerebro, creándoles personalidad alma y esencia.
Y así termina el prefacio y el escritor empieza a deslizar sus letras y darle forma al primer capítulo de su obra.
Las notas musicales de un violín con sus vibraciones ondulantes se escapaban de una mansión construida entre dos lomas, y allí en un espacio de la mansión está ubicado el gran salón de música, donde reposan diversos instrumentos musicales acompañado de lámparas que inyectan un suave detalle de movimiento, desde ese salón Martiña tocaba el violín con toda la sutileza que en esos momentos fluía de su alma, sus bello ojos grises de mirada profunda hacen contraste con su rostro de apariencia angelical, ella solía ser amable, y cuando hablaba envolvía a las personas con su aparente sutileza y dulzura.
La mansión de Martiña estaba rodeada de guarda espalda quienes se turnaban para acompañarla a todos los eventos del circulo social donde ella asistía. Ella era muy reconocida por ser muy esplendida a la hora de dar alguna donación.
Del otro lado de la loma vivía la intima amiga de Martiña que podría decirse que era su lado opuesto, con una personalidad muy diferente a la que ella solía mostrar, quien se solía llamar Francheska, hermosa mujer de un increíble intelecto dotado para crear la maldad; dirigía un grupo de hombres y los preparaba para cometer fechorías, nunca se dejaba ver el rostro, se lo tapaba con un antifaz que le cubría hasta la nariz. Los hombres que ella reclutaba para su organización tenían que ser inteligentes, no aceptaba torpeza.
Manolette, un joven guapo era su mejor aleado, le decían Manolette por sus grandes manos y era el estrangulador de sus víctimas, siempre cargaba una daga de oro y de diamante negro que costaba una fortuna, dicha daga simboliza poder, ambición y perversión.
Francheska había logrado alcanzar un imperio a fuerza de cometer fechorías, sus crímenes eran tan perfectos que en cinco años nadie la había descubierto. Cuando uno de sus hombres cometía alguna torpeza lo mandaba a eliminar con Manolette, que era todo un perfecto profesional en no dejar rastros igual a ella.
En los momentos que Martiña la necesitaba ella se hacía presente, momentos en que Martiña se hacia amiga de las esposas de los magnates millonarios, hacia que se enamoraran de su exótica y superficial belleza, les sacaba grandes cantidades de dinero hasta dejarlos casi arruinados, luego entraba Francheska en acción y los mandaba a eliminar con Manolette. Luego Martiña consolaba a la viuda que por ser tan ingenua y vacía veía en ella a la mujer bondadosa y caritativa que le daba consuelo.
CAPITULO II
Franchesca siempre estaba dando ordenes, los fornidos hombres le temblaban cuando ellas los llamaba, porque siempre cargaba una ametralladora terciada en sus hombros, todos ellos eran nombrados por Xs 1, 2, 3 …. hasta llegar al No.20, Ellos la llamaban la mujer sin alma, porque cuando había alguna victima lo mandaba a eliminar sin ninguna compasión y ni un solo musculo de su rostro se le movía. Cuando ella hablaba nunca se le veía sonreír, algunas veces mientras planeaban algo, ellos hacían chistes y reían y ella era inmune, parecía una estatua de hierro.
Un día, en que llego un personaje importante a la ciudad, Francheska lo mandó a secuestrar y pudo darse cuenta que también estaba metido en asuntos turbios, manejaba una banda organizada de droga. Ella lo mando a golpear hasta sacarle el escondite de donde estaba la famosa droga, él casi moribundo confesó y Francheska envió algunos hombres X s para que se introdujeran en la banda del secuestrado haciéndose pasar por compradores enviados por él. Estos, por estar bien entrenados por ella, lograron conseguir su cometido sin levantar sospechas, luego Francheska soltó al secuestrado, pero éste no podía decir nada a la policía por estar metido hasta la coronilla en asuntos turbios.
Cuando la Fuerza de Inteligencia Policial le consiguió, él les dijo que unos hombres del hampa común lo habían secuestrado pero lo soltaron por miedo a ser descubiertos, ya que no eran hombres entrenados y él los había sobornado con unas pertenencias personales que cargaba encima; dicho esto, surgió una pregunta de uno de los detectives, ¿podría decirme que le robaron? –sí- un reloj de oro y diamante, una cadena y una sortija de diamante negro muy valiosa. Uno de los detectives no quedó satisfecho con esa explicación tan torpe, pero quiso investigarlo por su cuenta y empezó a seguirle los pasos al secuestrado que era un reconocido industrial de comida enlatada; pero aparte de eso, era un astuto mafioso que nunca le habían podido comprobar nada, ya que por ser un industrial reconocido no levantaba ninguna sospecha en ningún país que el visitase, salvo ahora que había sido descubierto por la astuta Francheska, que no lo mando al infierno porque pensaba chantajearlo hasta exprimirlo.
Continúa…
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