Te vas como llegaste:
como una brisa fresca
que tocó mi follaje;
como un rayo de sol
que me besó la piel;
como el suave rumor
de un arroyuelo.
Y al verte partir
veo cómo se pierde
una luz de esperanza
que alumbró mi camino,
un perfume lejano
de exquisita fragancia
que me sembró en la piel
un anhelo profundo.
Fuiste
el celaje de un sueño
que pintó de colores
mis grises madrugadas;
pero te marchas…te alejas
sin dejar una lágrima
ni siquiera un suspiro…
Y en esta noche triste
en que siento tu ausencia
pienso que has de llevar
también como equipaje
la luz de mi mirada,
mi sonrisa dormida,
los besos que esperaba
y un corazón herido.
Alberto Vásquez.
Texto agregado el 03-10-2018, y leído por 86
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