Aquel día me había ido a poncho a la escuela, y cuando llegó el profe saludando con el ceño fruncido sentí el conocido terror a ser elegido para dar lección. Hubiera querido evaporarme, hacerme humo, desintegrarme.
Tratando de hacerme un ovillo quedé encastrado debajo del banco.
El profe consultaba la aborrecida libretita de inscriptos mientras yo maldecía el tiempo perdido en pelotudeces.
Al fin decidí escabullirme por la puerta, cuando de pronto él me nombró:
-¡García!
Algo húmedo corrió por mis pantalones.
El profe me midió con la mirada y luego agregó:
-Por favor, cierre la puerta. ¡Está haciendo frío!
Texto agregado el 27-09-2018, y leído por 170
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Lectores Opinan
14-07-2020
Eso se denomina "Mea culpa estudiantil" (inflamación de la vejiga ante circunstancias estresantes) hgiordan
08-10-2018
Me hizo reír. Gracias amiga. Eran tan especiales esos días en que oscilábamos entre la niñez y la juventud. Un abrazo , amiga. Marthalicia
01-10-2018
Débil el chiste. henrym
27-09-2018
El terror de pasar al pizarrón. excelente, mis abrazos amiga. sendero
27-09-2018
Jajajajaja aquellos días de cole... Excelente cuento. Kahedi