Y buscaré el amor en los dinteles
En los funerales, en la última página del libro
Está en algún lugar
Sórdido y frío
Dueño y soberano
Lo buscaré en la venas cortadas y en los labios rotos por la ausencia
En la concupiscencia de dos desconocidos que se miran de lejos sin poder hablarse
Está ahí, frente a ti, como una cicatriz antigua
Como un náufrago que nada espera
Está en la maravilla de la máquina humana
En los abecedarios aprendidos a medias
En la servilleta manchada de tu mesa de noche
En la pornografía que consuela.
Soy un buscador vano de reliquias pequeñas
Los ojos que no alcanzan a tocar horizontes
La boca que no sabe cuando el beso se marcha
La vida que se vive sin saber que morimos
Somos el asesino y la víctima ciega
Y vamos sonriendo hacia el patíbulo
Niños incandescentes tras el globo
Que se nos ha escapado de las manos
Al borde de un abismo florecido.